Dos culés

El PSG goleó al Barça en la ida de octavos de la Champions

El PSG goleó al Barça en la ida de octavos de la Champions / JAVI FERRÁNDIZ

Carles Sans

Carles Sans

Dicen que cada persona es un mundo, pero yo añado que, si esa persona es culé, entonces son dos mundos. Son tiempos de muchas dudas generadas después de los decepcionantes partidos contra PSG y Leganés. La masa culé se debate entre dos posiciones mayoritarias. A saber: los que decididamente explotan contra el equipo y la persona de su entrenador argumentando que hace tiempo que el Barça ha dejado de tener la personalidad que caracterizaba un juego con ADN propio, y los que sostienen que la situación es pasajera y que el equipo se merece nuestra confianza, habida cuenta de las satisfacciones recibidas en los últimos tiempos. 

Para los que piden paciencia, los cabreados representan lo pasional, lo irreflexivo, son la culerada de siempre que al mínimo tropiezo tiran de fatalismo y poca paciencia, representan al estereotipo del culé emprenyat, el de toda la vida. Por contra, ellos aparentan serenidad, reflexión y templanza. Es interesante ver cómo discuten ambos bandos, porque los pasionales son predecibles y saben que son objeto de una cierta displicencia por parte de los reflexivos, que argumentan con superioridad que no hay que ponerse nervioso. 

Es cuestión de tiempo saber quién al final va a llevar la razón, o mejor, cuestión de dejar pasar un par de partidos. Si el equipo gana en el Calderón y, tirando de optimismo, remonta la eliminatoria contra el PSG, uno de los bandos se batirá en retirada y la euforia se apoderará de él no dejando ni rastro de los malos augurios de hoy. Si por el contrario el Barça no responde ganando los encuentros que le esperan, entonces los que ahora se muestran pacientes, se rendirán ante la hecatombe de un equipo que habrá perdido toda posibilidad en Liga y en Champions, y tendrán que aceptar, a la chita callando, que los que hoy vociferan exaltados contra Luis Enrique y la gestión de la cantera, tenían razón.

Veremos qué ocurre el domingo. Tal y como parece estar ahora el equipo, sería de traca y pañuelo que regresara con los tres puntos. Ojalá sea así.