¿Dónde está el Messi del Barça?

Las imágenes de Messi contra Croacia

Las imágenes de Messi contra Croacia / EFE / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Me van a perdonar, pero yo, como todos ustedes, quiero que pase Argentina. Pero yo, como ustedes, no tengo ni un solo argumento para intuir, saber, soñar, desear que la albiceleste vaya a ganar a Nigeria, que ayer cuajó un partido espectacular con dos golazos de ese chico, Musa se llama, que juega, me parece, en el CSKA de Moscú.

Todo en esto del fútbol es creer. Como diría Óscar Ruggeri en el fabuloso anuncio que las cervezas Quilmes hizo para animar a la selección argentina, “a Messi le pedimos mucho más de lo que le pedimos a Dios, le pedimos hasta que nos cure la gripe”. Cierto, pero en este Mundial, seamos honestos, seamos sinceros, a Messi casi no le hemos pedido nada porque, de momento, no parece muy en disposición de ofrecer ni una milésima parte de lo que nos ha estado dando hasta ahora.

Luego hablaremos de Argentina, pero me temo que dentro de dos o tres meses, o tal vez menos, nos enteraremos de lo que le ocurre a Leo Messi. No sé, de verdad, no tengo manera de saberlo, es más, nunca he estado cerca de él, ni por asomo, pero aquellos que, a menudo, charlan con él me dicen que lo único que le pasa “es que está triste, desencantado, desilusionado porque esta es su última gran oportunidad y ve que, de nuevo, no tiene equipo para pelear”. Yo creo, insisto, que ocurre algo serio, no sé si gordo, pero que lo sabremos. Ojalá no sea nada y ante Nigeria le veamos marcar un triple. Digo.

El ‘Cholo’ Simeone ha dicho que, viendo jugar a Argentina, uno sabe que, aunque tengas al mejor futbolista del planeta, de la historia, no ganas si no escoges bien a los futbolistas, haces una táctica correcta y todos se emplean a fondo. “Siempre decimos que el fútbol es de los futbolistas, cierto. Siempre decimos que ellos son los que deciden sobre el campo, cierto. Pero yo creo que, a menudo, cuando los técnicos la pifiamos, la pifiamos tanto que es imposible que el equipo gane”. Y ese fue el mensajito que Simeone lanzó contra Sampaoli y que el mundo entero compra, porque erró contra Islanda y volvió a errar contra Croacia en la elección de los hombres y del dibujo. Porque Argentina ni sabe a qué juega ni tiene creadores.

“El partido de Nigeria se gana cambiando jugadores de campo, no cambiando al arquero”, escribió Carlos Bianchi. “Esta columna no habla de Messi”, concluyó su artículo en ‘Clarín’ Héctor Gambini, “porque no está bien hablar de los ausentes. Y Messi no vino a este partido”. “Yo si a un jugador de fútbol no le puedo decir “jugaste mal” o no lo puedo cambiar, estoy jodido. Lo primero que te dicen es “ojo como tratas a los jugadores”. ¿Quiénes son? ¿Quién carajo es Messi para no correr? (…) La actitud, la entrega y el orgullo de vestir la camiseta de la selección es de todos”, gritó en una radio Héctor Enrique ‘el Negro’, campeón con Argentina en México 86.

‘La última vida’, titulaba anoche la web de ‘Clarin’. ‘Nigeria es Argentina’, agradecía la web de ‘Olé’. Pero lo cierto es que no se le ve a Argentina nada para superar este lío en el que se ha metido por méritos propios. Y no solo, no, por el despiste que parece sufrir Messi, sino por la empanada mental que tiene Sampaoli, lo mal asesorado que está por su cuerpo técnico, la escasa habilidad que tiene de utilizar con eficacia a sus jugadores (¡pero si es titular uno que ni estaba en la lista de 23 y llegó repescado cuando ya estaba de vacaciones!) y, sobre todo, que no sabe cómo cambiar el rumbo de los partidos.

Puede que muchos interpreten lo que voy a escribir como una barbaridad, pero viendo cómo juega Argentina, viendo el papel de Messi, asistiendo, una vez más, a su desesperación, he llegado a pensar que muchos barcelonistas (yo conozco unos cuantos) piensan que siempre se ha escrito y loado que el Barça le debe mucho al astro argentino, es más, muchos no se cansan de escribir que es Messi quien sostiene al club y no al revés.

Pues yo, la verdad, lo siento, pero cuando veo cómo vive de desesperado, triste y fracasado Messi cuando viste de albiceleste llego a pensar que, posiblemente, Leo deba agradecer algún día al Barça todo lo que ha hecho por él, que no han sido solo, no, las inyecciones para crecer o curtirse en La Masia, sino rodearle siempre, siempre, de fantásticos futbolistas (excelentes entrenadores) para que llegase a ser el mejor jugador del mundo.

Pero todo, todo, gracias al Barça. Creo.