El documental que Piqué no producirá: Los líos de La Roja en Rusia

Rubiales y Lopetegui, en el anuncio de la renovación del seleccionador español hasta 2020

Rubiales y Lopetegui, en el anuncio de la renovación del seleccionador español hasta 2020 / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Florentino Pérez está convencido de que es un ser superior en el mundo del fútbol. Lo dijo Butragueño y se lo cree. Actúa como si tuviese bula para hacer lo que le da la gana. Desprecia a la Federación, ignora a la Liga y es capaz de desestabilizar a la selección española a 48 horas del debut en el Mundial sin vergüenza ni rubor. No respeta a nadie y encima quiere tener la razón. Es un personaje de otra época, dirige el Real Madrid con mano dictatorial, se cree que ha inventado el fútbol.

Sin embargo, no lo tiene todo controlado como imagina y Zidane le ha creado un problema gordo. Le dejó plantado sin previo aviso y desde entonces ha perdido los papeles, no tiene estrategia y ha quedado en evidencia. No está acostumbrado a que le digan NO y recibió calabazas de Pochettino, Allegri y Löw. Aunque parezca imposible, el triple campeón de la Champions buscó un entrenador de prestigio y renombre sin conseguir el objetivo. Estaban tan apurados en el Bernabéu que decidieron echar mano de Jorge Mendez, el intermediario que con pasta tiene solución para todo. Lopetegui es de su cuadrilla de representados, le ofreció un caramelo irrechazable, ser entrenador del Madrid sabiendo que pagando solo un par de millones podía dejar la selección después del Mundial. El plan explotó por los aires cuando se precipitó la nota oficial del Real Madrid, el presidente de la Federación se puso como una moto y  Lopetegui fue víctima de una negociación secreta a la que nunca se debió prestar… hasta que finalizara el Mundial.

A partir de aquí se aceleró todo. El presidente Rubiales se dio por ofendido y reaccionó de la única manera que podía para mantener su autoridad. El seleccionador fue cesado con carácter de urgencia y volvió a Madrid en el primer vuelo. Sergio Ramos quiso ser juez de paz y se convirtió en el traidor del vestuario. Hierro tomó el mando consciente de que asumía riesgos peligrosos. España debutó con un empate que es un resultado menos malo de lo que parece. Veremos cómo acaba este golpe de estado a la selección en el que hay enanos infiltrados, manipuladores a sueldo y varios caraduras con coraza y bula. Según los resultados que se produzcan, el Mundial puede ser una caja de truenos de consecuencias imprevisibles para la Federación.

Si a Piqué le queda tiempo libre en la selección entre tuit y tuit, le vamos a dar una idea para potenciar su productora Kosmos. Después del éxito de emisión de ‘La Decision’ de Griezmann, puede realizar un documental exclusivo contando todo lo que sabe de La Roja. El éxito está asegurado. El título se lo damos gratis: Los líos de La Roja en Rusia. La intromisión de Florentino, la caída de Lopetegui, el ascenso de Hierro y el cabreo de Rubiales prometen un culebrón apasionante. Pero no se hagan ilusiones, no lo van a ver. Piqué está escarmentado y no se meterá en más charcos en su despedida con la selección. Por otro lado, Florentino ha prohibido a Lopetegui hablar de la selección y Rubiales tampoco es amigo de sacar más trapos sucios a relucir, no sea que le cuesten el puesto. Piqué se quedará con las ganas de hacer este documental que sería líder de audiencias. La experiencia con Griezmann le ha creado en Can Barça mas problemas que satisfacciones. Explicar en público el estado de ánimo del presidente Bartomeu (“estaba jodido”) es revelar una conversación privada que no estaba autorizado a airear. Piqué se pasa demasiadas veces de la raya.