El documental de Piqué y el poder sin control de los jugadores

Piqué está pendiente de Griezmann

Piqué está pendiente de Griezmann / Instagram

Ernest Folch

Ernest Folch

Y cuando creíamos haberlo visto todo, un documental producido por un jugador del Barça dejó ayer en evidencia al propio SFlbBarça. El club blaugrana se queda sin uno de los mejores jugadores del mercado, al que por cierto creyó tener atado hasta hace muy pocas semanas, y sin duda tiene un problema deportivo que resolver, justo cuando ha cambiado otra vez la estructura técnica. Pero después de lo que vimos ayer esto parece ser lo menos llamativo. Porque lo que realmente es inaudito es que la decisión de Griezmann se convirtiera ayer en un show televisivo, producido por Piqué y celebrado en Twitter con palomitas por su compañero Umtiti. El documental muestra interioridades, como por ejemplo que el Barça ofreció a Griezmann menos dinero que el Atlético y las supuestas dudas del jugador colchonero, que parece que le torturaron durante un largo tiempo. El documental de ayer es la culminación de varias semanas de ‘show’ que han tenido muchas similitudes con la fuga por capítulos de Neymar el pasado verano, en el que el club blaugrana también quedó tocado. Pero esta vez concurren dos novedades.

La primera es que el ‘no’ de Griezmann llega cuando toda la atención estaba centrada en el esperpento vivido en la selección y justo en el momento en que más tocada estaba la imagen del Madrid, por mucho que ayer se intentara limpiar la imagen de Lopetegui en una opereta sentimental y victimista, que quedó enterrada gracias a la negativa de Griezmann. La segunda novedad, y esta sí es relevante, es que el ‘me quedo’ del jugador francés, anunciado con suspense desde hace días como una serie de Netflix, ha sido producido, publicitado y arropado por un jugador... ¡del Barça! Para colmo, la iniciativa fue aplaudida en las redes por Umtiti, no sabemos si en calidad de jugador barcelonista o de la selección francesa. El sainete del documental ejemplifica mejor que nada hasta dónde ha llegado el poder excesivo de algunos jugadores, que se creen con bula para hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran. Parece una ironía que los futbolistas que se pasan el día quejándose de la prensa y criticándola (muchas veces con razón) se dediquen a producir productos que perjudican al club que los paga y que denostarían si los hicieran los periodistas que no tragan. Ahora bien, el principal culpable de que algunos futbolistas estén fuera de control es del propio club, que hasta hoy no ha encontrado la manera de pararles los pies. Quizás ha llegado el momento de decir: basta. No todo vale.