La doble vara de Abidal

Eric Abidal, durante la entrevista concedida a SPORT

Eric Abidal, durante la entrevista concedida a SPORT / JAVI FERRÁNDIZ

Jordi Costa

Jordi Costa

De la extensa entrevista que concedió Éric Abidal a SPORT me llamó la atención el distinto trato que tuvo con dos cuestiones que van a estar sobre su mesa, otra vez, el próximo verano: la continuidad de Valverde y el segundo intento de repatriar a Neymar. Sobre el futuro del banquillo, se comprende que el secretario técnico no se puede permitir en noviembre moverle la silla al entrenador. Es lógico -y creíble a estas alturas del curso- que Abidal diga que no han hablado con ningún otro técnico, que en el Barça no se cepillan al entrenador a la primera mala racha de resultados o que señale a la actitud de los futbolistas como explicación al desastre de Liverpool; pero resulta incomprensible que alegue que será el propio Valverde quien decidirá sobre el año opcional -el próximo- que recoge su contrato, cuando son ambas partes las que tienen derecho a cortarlo. Una cosa es no cambiar de entrenador a la ligera y otra esquivar la responsabilidad que, hasta que el club encuentre un nuevo director deportivo, se supone que reposa en sus manos.

En cambio, Abidal tuvo mucho menos tacto a la hora de valorar la necesidad de reincorporar a Neymar. Que el vestuario le quiere de vuelta a muerte lo demuestra la propuesta revelada por Piqué, en la línea de adecuar el cobro de los salarios de los cracks para dar cabida al brasileño, e incluso es posible que a los gestores del club les convenga volver a tener a Ney -y padre- de su parte ante el juicio que sigue pendiente por su traspaso y el de la prima de renovación. Aplicando la misma lógica de proteger a los actuales integrantes del vestuario, si cierras filas públicamente alrededor de Valverde pero les dejas claro a Griezmann, Dembélé y Ansu que no te dolerán prendas en ir otra vez a por un competidor suyo, casi al precio que sea, ¿qué van a pensar de su jefe? ¿Con qué motivación va a encarar Griezmann su adaptación todavía incompleta? ¿Es la manera de convencer a Dembélé que, con continuidad en su rendimiento, puede ser importante en el Barça? ¿Le hará ilusión a Ansu saber que el blindaje contractual que le están preparando es más para que no se lo lleve un competidor directo que porque vean en él a un futuro referente?

El Barça, y su secretario técnico, están obligados a dibujar el porvenir sin casarse con nadie, porque esto es fútbol profesional y es el rendimiento el que dicta sentencia. Pero un poco de tacto a la hora de exponer los planes revertirá en estabilidad y en un presente mejor.