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Opinión

Disfrutar del camino, sabiendo dónde estamos

Pedri fue importante saliendo del banquillo en Dortmund

Pedri fue importante saliendo del banquillo en Dortmund / Valentí Enrich

La dulce derrota del Barça en Dortmund vendrá bien. Primero, para tener memoria. Seis años después, vuelve a la élite continental y afrontará su primera semifinal desde 2019. Esa es la noticia que el martes levitó sobre todas las demás. Del 2-8 catastrófico en Lisboa, ha transcurrido un lustro. Fue el prólogo del adiós de Messi, un año más tarde. El desierto. El club, en una foto en blanco y negro, destintada, poseída por la tristeza. Por eso, hay que subrayar el paso que ha dado el Barça de Flick. En verano, no se le pedía el triplete; algunos - es mi caso - ni tan siquiera le exigíamos títulos. El objetivo era volver a competir en la Champions a la altura de los mejores y recuperar todo el respeto perdido tras una década rociada de frustraciones y dos pasajes en el exilio de la Europa League. En eso, Hansi ya ha ganado. Ha cerrado el círculo y debe ponerse en valor.

A la vez, el 3-1 irá de perlas para centrar a la gente. Al equipo - hubo autocrítica - y al entorno. Hay que saber dónde estamos. El Barça actual no es un equipo que pueda ganar sin ir al cien por cien. No, aún no lo es. Si pierde el enfoque, es vulnerable. Y para una plantilla tirando a corta es casi imposible sostener el tono todos los días. En otro contexto, Pedri no hubiera descansado - ni con un 4-0 - en una vuelta de cuartos. Pero sobrevuela los 4 mil minutos. El recambio de Frenkie, es Eric, un central. Lamine no descansa. Y se nota. El Barça de Flick juega muy bien al fútbol, pero no es redondo. Aún tiene costuras. Más que exigirle el trébol, debemos acompañarle. Disfrutar del tramo en el que nos ha metido inesperadamente. Y soñar, por supuesto. Pero sabiendo que hay más rendimiento - mérito de Hansi - que plantel. Y que el último tango será movido. Y mucho.