El difícil equilibrio 'cantera-cartera'

Denis Suárez en uno de sus últimos partidos con el Arsenal

Denis Suárez en uno de sus últimos partidos con el Arsenal / AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

Las cosas son como son y no siempre como nos gustaría que fueran. Recuerdo perfectamente que uno de los argumentos de peso que se esgrimieron en el FC Barcelona para explicar la bonanza del fichaje de Ernesto Valverde fue su decidida apuesta por la cantera, como había demostrado en el Athletic de Bilbao. Faltó decir entonces, y ahora, que más que por convicción propia, era por necesidad impuesta, porque en San Mamés no queda otra que tirar de la casa.

En el FC Barcelona, lo siento mucho, ni Valverde ni la dirección técnica han demostrado hasta la fecha la firme decisión (llámenle valentía si quieren) de convertir a la cantera en proveedor de talentos. Nadie mira hacia abajo. En el tiempo transcurrido desde la llegada de Valverde, todas las soluciones se han encontrado en el mercado internacional a base de extender cheques con muchos ceros. 

No tengo nada que objetar si la verdadera razón de esa tacañería se explica por la falta de calidad de los jugadores de casa para competir al nivel que exige el primer equipo del Barça. Ahora Valverde necesita un central que cubra la más que probable larga ausencia de Umtiti. También se está peinando el mercado para dar con otro Busquets. Nadie habla ni dice que la solución está en el Mini Estadi. Y eso debe ser desolador para los Aleñá, Samper, Munir, Rafinha, Miranda...

Después, cuando chicos con 16 o 17 años dejan el Barça y se van a Alemania o a Inglaterra en busca de oportunidades, se pone el grito en el cielo, pero la realidad es que desde hace años faltan gestos, guiños por parte del primer equipo hacia la cantera. Llevarlos de gira cada verano para que hagan bulto no es la solución. Si hay talento, que apuesten por él. Otra cosa es que no lo haya.