El día que Luis Enrique empezó a perder la Liga

Vamos a hacer memoria. Cillessen, Aleix Vidal, Mathieu, Mascherano, Digne, Busquets, Rafinha, Arda, Denis Suárez, Alcácer y Neymar. Esta es la alineación inicial que Luis Enrique dispuso para el partido contra el Alavés en el Camp Nou. Partido que se perdió, por cierto, en la que ha sido la mayor debacle en casa de la temporada. Tres puntos regalados que, a la postre, hubieran valido el título de Liga. Pero esto no es lo peor. Lo peor es que estábamos en el tercer partido del campeonato, sábado 10 de septiembre. Y que no había más lesión o adversidad que justificara la desmedida rotación de jugadores que la lesión de Ter Stegen. Los cracks estaban todos en el banquillo. De hecho, Messi, Suárez e Iniesta salieron a partir del minuto 60 y no les dio tiempo de evitar el desastre. Insisto, entonces nadie podía saber que la Liga se perdería por tres puntos, pero alguien debería haber aprendido la lección para no ser contumaz en el error, como lo ha sido durante toda la temporada. Una alineación con solo tres titulares (Mascherano, Busquets y Neymar) o dos y medio, pues el argentino ya no es un indiscutible, es una provocación. Si en el tercer partido de Liga, a mediados de septiembre, el equipo ya está cansado y necesita rotaciones, apaga y vámonos. 

LA MORALEJA. Luis Enrique no aprendió de aquel inmenso error. Aquel día debió darse cuenta de que lo que había fichado (¡y no jugó André Gomes!) no le serviría de mucho. Entiendo que empezara con la idea de que esta temporada tenía fondo de armario y podría dar aire a los titulares, pero la primera piedra ya le dio en la frente. Aquel día se vieron las limitaciones de Aleix Vidal, Mathieu, Digne, Arda, Denis Suárez y Alcácer y el suicidio que representa juntar a varios de ellos. Pero el entrenador no lo vio o no lo quiso ver. Insistió y perdió más puntos. Vigo, Málaga La Coruña... y perdió la Liga. Moraleja: si no fichas bien, no puedes hacer rotaciones.