El día que Cruyff se reencontró con el Barça

Jordi Cruyff fue muy contundente en su discurso el día de la inauguración de la estatua de Johan Cruyff: ‘ Mi padre se fue en paz con el Barça’. Sin embargo, uno tiene la sensación de que a algunos todavía les sigue doliendo que Johan estrechara la mano de Bartomeu el día que se firmó el acuerdo entre la Fundación Cruyff, la Fundación Bancaria ‘La Caixa’ y la Fundación del Barça.

A Johan nadie le obligó a firmar aquel acuerdo y quienes le conocen bien saben que Cruyff no hacía nada de nada si no lo tenía muy claro. Si el lunes todos los ‘Cruyff’ estaban felices en el Camp Nou es porque en su día el propio Johan se encargó de cerrar una herida que llevaba muchos años abierta. No obstante, para que este acto pudiera realizarse con la presencia de todos los implicados y en un tono de absoluta cordialidad tuvieron que pasar varios meses de negociaciones y de tiras y aflojas entre el propio Johan y el club.

ALLÍ EMPEZÓ TODO

Fue en Terrassa el 7 de octubre del 2014. Ese día se estrenó la primera Court Cruyff en Catalunya. Era el 187 campo de fútbol que inauguraba Cruyff pero ninguno cerca de Barcelona. Había en Holanda, en Bélgica, en el Reino Unido y unos pocos fuera de Catalunya pero ninguno cerca de la que había sido tantos años su casa.

El acto, al que acudió el futbolista Xavi Hernández, fue organizado por la Fundación Cruyff y la Fundación Bancaria ‘La Caixa’. Ambas fundaciones coinciden en poder ayudar a los colectivos más vulnerables, a los barrios más marginales y en promover la cohesión social. Así que ambas fundaciones llegaron muy pronto a un acuerdo para crear instalaciones deportivas en diferentes poblaciones. 

Pues ese día, el de la inauguración, al acabar el acto, Johan le pidió a Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaría ‘La Caixa’ que le ayudara a encontrar un nuevo patrocinador para poder seguir creando nuevos Court Cruyff por España. Giró, que es una fuente inagotable de ideas, le propuso que fuera el Barça. Imagino la cara de Johan ante aquella propuesta. Sin embargo, Cruyff que era el más listo de todos, no lo descartó y se llevó la idea a casa.

A partir de ese instante fueron muchas las veces que Johan y Giró se reunieron para hablar de las posibilidad de que las tres fundaciones trabajaran juntas. Lo hicieron en las oficinas que Cruyff tiene Barcelona en algunas ocasiones y en la Bodega 1900 de Albert Adrià, uno de los restaurantes preferidos de Johan, en otras. Lo hicieron ellos dos solos y algunas veces con Jordi y otros amigos en común.

MÁS QUE UN ACUERDO

El acuerdo no era fácil, por aquellos tiempos la herida entre la directiva del Barça y Johan Cruyff era profunda, pero en cada una de esas reuniones se avanzaba. A todo eso, fuentes próximas a la familia coinciden en que la voluntad que puso desde el primer día el presidente Bartomeu fue determinante para llegar al pacto final.

Eso, la visión de Johan, la tozudez de Giró y el apoyo incondicional de Isidre Fainé hicieron posible un acuerdo que va mucho más allá de la creación de nuevos campos de fútbol. El día que se selló el acuerdo definitivo entre Cruyff, el Barça y La Caixa también se selló el final de un conflicto que nunca debió existir. Dicen que rectificar es de sabios y el Barça lo hizo.

EL ESTADIO JOHAN CRUYFF

Algunos culés piensan que debería ser el Camp Nou el que tendría que llevar el nombre de Cruyff  y no el estadio que se inauguró el lunes en la Ciutat Esportiva. Sin embargo, todo lo que lleva el nombre de Cruyff en las instalaciones del Barça ha sido previamente consensuado con la familia Cruyff. Por tanto, sería bueno que a partir de ahora, y ya para siempre, el término cruyfismo sea utilizado en positivo.

Es decir que todos los culés se sientan orgullosos de tener un pasado cruyfista. Si Cruyff decidió irse en paz, los culés deberían vivir en paz. Al fin y al cabo si no hubiera sido por Cruyff y por esa aportación a un fútbol tan espectacular y característico seguramente no hubieran llegado los éxitos de los últimos años.