El día que Arantxa tocó el cielo

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Javier Giraldo

Javier Giraldo

La fotografía llama a engaño porque aquel lunes de febrero de 1995 el protagonista no era Hristo Stoichkov, sino Arantxa Sánchez Vicario, que acababa de ascender por primera vez al número uno mundial según la clasificación de la WTA. A sus 23 años, era la sexta tenista en lograrlo, tras Tracy Austin, Chris Evert, Martina Navratilova, Steffi Graf y Monica Seles; y por supuesto, la primera española. 1994 había sido su mejor año: ganó su segundo Roland Garros y su primer Open USA. Coronada oficialmente como número uno mundial, Arantxa vivió un día intenso, que empezó con sorpresa: recibió en su casa la visita de Stoichkov, que le llevó un ramo de flores para felicitarla.

Después de pasar la mañana ejercitándose a las órdenes de su entrenador, Gabriel Urpí, se acercó al restaurante Can Soteras para participar en la ‘cargolada’ de la Semana del Caracol que cada año organizaba Josep Mussons, por entonces vicepresidente del Barça. Le sirvieron un plato bautizado sobre la marcha, unos ‘caracoles raqueta’. En el restaurante coincidió con Joan Manuel Serrat, Jordi Villacampa y varios jugadores del Barça, entre ellos nuevamente Stoichkov, ahora con Arantxa haciendo de improvisada reportera de TVE.