En Directo

En Directo

El destino fatal de Griezmann

Griezmann celebra uno de sus goles en Sevilla

Griezmann celebra uno de sus goles en Sevilla / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Vaya por delante que hay que felicitar al Athletic por su gran partido. Nada que objetar a su victoria en la final de la Supercopa. Pero permítanme que no cargue las tintas contra el Barça, que cayó con la cabeza alta, dándolo todo sobre el terreno de juego. Sin jugar bien, que no jugó bien, perdió la Supercopa en el último minuto del tiempo reglamentario, lo que dio paso a una prórroga maldita, con el golazo de Iñaki Williams y la expulsión final de Messi. Ya sé que por presupuesto y futbolistas el Barça ha de ganar ocho de cada diez partidos al Athletic, pero también hay que reconocer que el equipo azulgrana está en una fase de reconstrucción que todo lo condiciona, que ayer Messi estaba en inferioridad física, recién salido de una lesión, que venía de una semifinal con prórroga sobre sus piernas. Y ya en el plano personal, no puedo por menos que lamentar el destino fatal de Griezmann. Pudo ser su gran noche, la de su reivindicación azulgrana, pero sus dos goles no sirvieron para nada y la historia no los recordará en sus anales. Pasó de héroe a perdedor en un minuto maldito. Una pena. 

EL LADO POSITIVO

Insisto, se ha perdido un título pero se ha perdido con dignidad. Tenemos que tenerlo claro: se acabó la época de ganar los partidos con autoridad, superioridad, suficiencia y espectáculo porque se acabaron los Puyol, Xavi, Iniesta que, junto a Messi, dominaban el tempo y el espacio de la mayoría de encuentros. Así que lo mejor que podemos esperar del Barca es que se deje la piel en el campo, que se esfuerce, que se ponga el mono de trabajo ya que que con la superioridad técnica no le basta. No olvidemos que el Barça está sin Piqué y sin Ansu Fati. También sin Sergi Roberto. Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, creo que hay que poner en valor la imagen que ha dado el Barça. Diezmado por las lesiones y los errores de los últimos años en la planificación de la plantilla que le han llevado a esta situación de mínimos, no perder el orgullo es el aspecto positivo al que hay que agarrarse para remontar el vuelo.