El deshonor inglés

No es la primera vez que sucede pero sigue siendo una ofensa, un muestra de desfachatez, de mala educación y, evidentemente, de antideportividad. Me refiero al lamentable acto de sacarse del cuello la medalla de subcampeón en una final de fútbol como medida de protesta. Tras perder la Eurocopa en la tanda de penaltis ante Italia, gran parte de los ingleses se retiraron la medalla poco después que el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, se la hubiera impuesto.

Como si la culpa de su derrota fuera de ese pedazo de metal y no de su inutilidad al tirar los penaltis. En el caso de Mason Mount ni se la llegó a poner, allá él. Los ingleses, creadores del deporte rey, jugando en casa y en un templo como Wembley se arrastraron por el fango de los llorones. Cuando esta acción se produjo, en Telecinco Manu Carreño destacó que “las caras de los jugadores ingleses lo dicen todo” pero sin censurar el gesto.

Segundos ante sí que había destacado “el pasillo que hacen los italianos, deportividad máxima, como no podía ser de otra forma”. Al día siguiente, y también en Mediaset, Ricardo Reyes denunciaba en Deportes Cuatro “una imagen muy criticada, la mitad del equipo decidió quitarse la medalla, lo importante es que estaban en la final, no entendieron que eran subcampeones”. Exacto. ¿Alguien se imagina el segundo o tercer clasificado de unos Juegos Olímpicos rechazando el pertinente galardón?