Opinión

Los deseos de Xabi Alonso son órdenes, los de Ancelotti nunca lo fueron

El presidente del Real Madrid Florentino Pérez saluda a Carlo Ancelotti, su entrenador, tras la disputa de la Supercopa de Europa.

El presidente del Real Madrid Florentino Pérez saluda a Carlo Ancelotti, su entrenador, tras la disputa de la Supercopa de Europa. / Mariscal

Dice Carletto que él ha vivido una eterna luna de miel con el Real Madrid, pero en sus ojos ya no se ve el amor de antaño. En la relación entre el club de las 15 Champions y el que más Copas de Europa ha ganado se ha abierto un abismo esta temporada que el tiempo curará. Porque Ancelotti no es rencoroso y siempre ha entendido a sus equipos como una causa mayor que las personales. Pero el adiós se le está haciendo largo.

Mientras sujeta los palos del barco ve cómo los rumores de fichajes se disparan. Justo lo que a él le hubiera gustado para afrontar esta temporada de un modo que evitase el siniestro total. Que si Huijsen, que si Alexander Arnold, que si Álvaro Carreras... Tantos nombres que ahora ve pasar por delante del escaparate sin tener ningún margen de decisión sobre ellos. Y él, mientas, con los remordimientos de lo que no pudo ser.

Los jugadores que nunca llegaron

Ancelotti y el Real Madrid han pactado un divorcio amistoso, por lo menos en la práctica, pero ambos entienden que han dado más de sí que el otro estos últimos meses. El de Reggiolo, como se ha contado en este diario, recomendó en su día Saliba, Akanji, Mac Allister y Tonali. De acuerdo con la información de Cadena SER, también pidió en invierno al propio Alexander Arnold y a Kyle Walker, para compensar los boquetes de los laterales.

El idilio de Alexander-Arnold con el Liverpool termina

El idilio de Alexander-Arnold con el Liverpool termina / Perform

El deseo fue respondido con silencio. Con el no te compres más jugadores, aprovecha lo que tienes. Con el ya verás que vendrán tiempos mejores para gastar. Todo ello terminó por convertirse en el 'sálvese quien pueda' que sumió a Carletto en la resignación. Viendo que los deseos de Xabi Alonso se van cumpliendo, no quiere quedar el técnico más laureado del Real Madrid como el idiota útil que consintió todo en la 'luna de miel'.

De ahí su "a mí siempre me hicieron caso con los fichajes" pronunciado en la previa al duelo contra el Sevilla, en el que dispuso una defensa formada por Fran García, Jacobo Ramón, Vallejo y Valverde. Sin nada en juego, con algunos titulares bajo sospecha, pero la demostración de lo que ha sido la planificación con la que ha cargado un entrenador al que ahora le pesa su exceso de corportavismo en momentos decisivos.

Porque es cierto que se las arregló para poner a Camavinga en el lateral, a Tchouaméni de central y así sucesivos parches, hasta que las fugas terminaron por provocar una hemorragia. Y en medio de la crisis, los focos se retorcieron hasta apuntarle, a sabiendas de que no era el gran culpable de esta situación. Por lo menos, no en lo que él considera innegociable, como es la gestión del vestuario.

"Las tonterías muy grandes"

"La mano izquierda, el látigo... son tonterías muy grandes. Todos los jugadores me han tenido mucho respeto. Los problemas que hemos tenido no se deben a la mano izquierda ni a esas tonterías", dijo, todavía ensangrentado por perder la Liga, la Copa y la Champions. De verbo afable, el de Reggiolo ha vivido un año con el carácter agriado por la falta de interés en su proyecto, lo que provocó un mercadeo de su puesto que ha terminado con el relevo cantado por Xabi Alonso.

A pesar de las dos Champions en cuatro años, a Carletto nunca le dieron lo que pidió. Sí se adaptó a lo que tuvo, aguantando presiones de todo tipo que este año sí se atrevió a contar. Mbappé, Rodrygo, Vinicius, Rodrygo, Güler, Endrick... A todos ha señalado por algún motivo. El principal, el compromiso defensivo. Para el que nunca ha tenido una mala palabra es para Florentino, del que ha sido un sostén, a pesar de que aparentaba haber aprendido la lección de su primera etapa.

Así lo plasmó en el libro Liderazgo tranquilo: Conquistar mentes, corazones y triunfos que publicó después de pasar por el Real Madrid, cuando, seguramente, no pensaba volver. En esta obra cuenta cómo el agente de Bale se quejó al presidente porque el galés quería jugar por el centro. "No podía cambiar el sistema a mitad de temporada. Desde entonces, la relación con el presidente no volvió a ser la misma", confesaba en la obra. Habrá que esperar una segunda parte para saber qué piensa de lo vivido en unos últimos meses de vinagre y rosas.