El deseo

Leo Messi en una acción del clásico de la Liga 2019/20 en el Santiago Bernabéu

Leo Messi en una acción del clásico de la Liga 2019/20 en el Santiago Bernabéu / VALENTÍ ENRICH

Xavi Torres

Xavi Torres

Control culé hasta el minuto 56, hasta el chut de Isco que Ter Stegen envió a córner con la parada del partido. Esa acción levantó todas las pasiones blancas y acabó con las opcionesazulgranas. A base de energía el Real Madrid se llevó el partido. Casi podríamos decir que ganó quien más lo deseó. Como de los blancos poco más hay que comentar fijaremos el debate alrededor de eso mismo, del deseo. ¿Es que los jugadores del Barça no quisieron ganar? Por supuesto que sí. Sin embargo hay datos para la reflexión.

Hablamos del juego de ataque. Un día más, en partido grande, el Barcelona gana la posesión pero pierde la estadística de las ocasiones y el partido. ¿Se trata de cambiar de estilo? Por supuesto que no porque la historia demuestra que siempre que el Barcelona se ha alejado del método cruyffista ha dejado de ganar. Sin él jamás levantó una Copa de Europa -y el club tienecinco- y con él, la estadística de títulosdomésticosempequeñecelos números del Madrid en el mismoperiodo.

Por tanto, lo que necesita el equipo es volver a las esencias porque, resumiendo mucho, el Barcelona de hoy solo hace una de las dos cosas imprescindibles para atacar: dar amplitud al campo. De la otra, de la profundidad, no hay noticias. Nos quedamos aquí. En el Bernabéu el Barça hizo 42 ataques que acabaron en seis oportunidades. No hubo más porque a los futbolistas de Setién les cuesta correr al espacio. Pongamos que Sergio tiene el balón. Messi se acerca para recibir. Y Arthur. Y De Jong. Y Vidal. Incluso, Griezmann. Pongamos que recibe Messi. Y entonces, Arthur, De Jong, Vidal y, también, Griezmann, vienen a recibir al pie. Y así una y otra vez.

En esta recreación, el Real Madrid se sintió muy cómodo porque sin desmarques de ruptura el equipo de Zidane, simplemente con orden, eliminó el peligro azulgrana. Atención a los datos: los jugadores del Barcelona solo corrieron al espacio 13 veces (Messi, 4; Griezmann y Semedo, 3; Vidal, Arthur y Braithwaite, 1). De las siete antes del descanso, dos son la jugada de peligro de Arthur (34’) y la clarísima de Messi (38’); de los seis de después, dos son la carrera y chut de Brathwaite (70’) y la de Messi que evita Marcelo (74’). O sea, a partir de un desmarque de ruptura el Barça fue capaz de generar cuatro de las seis ocasiones que tuvo en el partido. Corriendo al espacio, peligro; esperando el balón al pie, un Barça previsible.

Para desarrollar el fútbol del Barcelona se necesitan jugadores generosos que lean bien el fútbol y sean capaces de correr sinbalón hacia la portería rival. Como hicieronStoitchkov y Goicoetxea en el Dream Team; Giuly, Eto’o, con Rijkaard; Henry, Pedro y Villa, con Guardiola, y tantas veces Neymar, Suárez o el propio Messi en los últimos tiempos. Hoy nadie corre porque, o no hay ganas, o no hay piernas, o nadie entiende las necesidades del equipo.