Opinión

El deporte, ¿de vuelta al abierto?

Los grandes cracks de LaLiga mandan en las audiencias de televisión

Los grandes cracks de LaLiga mandan en las audiencias de televisión / LAP

El deporte sigue siendo el rey de la televisión. En 2024, los Juegos Olímpicos y el fútbol volvieron a coronar los rankings de audiencia en España. Da igual si uno mira los listados de la televisión de pago, o en abierto. Y, en un contexto de constante bombardeos de contenido y fragmentación de la oferta, surge una pregunta obligada: ¿ha llegado el momento de que las competiciones premium vuelvan a apostar decididamente por llevar parte de sus derechos al abierto? Y una subpregunta a raíz de esto: ¿la televisión de pago está dispuesta a aceptarlo sin que implique una caída dramática de lo que pagan?

La respuesta no es sencilla, pero hay un factor clave: la televisión en abierto no es solo una opción interesante para el espectador, sino que también es un motor esencial para garantizar un mayor impacto mediático a los patrocinadores en un contexto de fuerte competencia por los presupuestos publicitarios. Además, de ser cada vez una palanca más necesaria para el crecimiento de determinadas disciplinas que, o bien empiezan a ganar atractivo, o directamente salen al mercado. Ahí está la Kings League.

El polideportivo, que depende en gran medida de patrocinios de ámbito local y regional, pero también el fútbol, necesitan cada vez más esta visibilidad para amplificar la presencia de sus patrocinadores y asegurar que continúan siendo parte de la conversación general. Y no hay que olvidar que una parte considerable del negocio de cualquier propiedad deportiva, especialmente cuando no hay ingresos por derechos de televisión, depende de la exposición que proporciona a sus marcas.

En España, la televisión de pago experimentó un auge a partir de 2015, momento en que la exclusividad del contenido era fundamental para atraer suscriptores. En ese contexto, podía comprenderse que plataformas como Movistar+ exigieran la exclusividad del 100% del contenido y sólo LaLiga asumía la obligación de tener un partido en abierto. Es la época en que ACB, Fórmula 1, MotoGP, los grandes del tenis… todos pasaron a exigir tener una suscripción.

Hoy, el contexto es diferente y, de hecho, todos, menos el baloncesto, ya han dado el paso de garantizarse una ventana gratuita. La mayoría de los hogares españoles han normalizado el pago por contenidos audiovisuales, por lo que el cálculo que todos deben hacer de cara al siguiente ciclo es el siguiente: ¿Realmente Movistar+, DAZN y compañía perderán clientes y negocio si una parte de los derechos que hoy tienen en exclusiva pasan al abierto? Mi impresión es que no, pero aquí serán las competiciones las que deberán decidir si aceptan esa reducción de ingresos por un lado para maximizarlo por el otro.