Opinión

Demos tiempo a Setién

Setién se estrenó con victoria en el Camp Nou

Setién se estrenó con victoria en el Camp Nou / AFP

No fue un gran partido, pero se ganó. Se necesitaron 76 minutos, un poste del Granada y la expulsión de Germán Sánchez para abrir el marcador, pero lo importante es que los tres puntos se quedaron en el Camp Nou y que el Barça sigue líder de la liga. Después de una semana de crisis, con el traumático cese de Valverde y la ilusionante llegada de Setién, el Barça se enfrentaba a un examen decisivo.

Sin Valverde, los jugadores quedaban desnudos ante la realidad, ya no le podían echar las culpas a nadie. A partir de ahora, todo lo que suceda sería mérito o culpa suya. También está la mano del nuevo entrenador, claro que sí, pero con cinco días de trabajo, tampoco se podía esperar que el equipo diera un giro de ciento ochenta grados en su rendimiento. Para a empezar, Setién no hizo ninguna revolución. La baja de Suárez, que se notó, por supuesto que se notó, la resolvió como la hubiéramos resuelto la mayoría de nosotros, seguro que también Valverde, con Ansu Fati. Y la de De Jong, la suplió con Arturo Vidal. Sorpresa. Por su forma de ver el fútbol, seguramente todos esperábamos a Arthur Riqui Puig, futbolistas de mejor pie, toque, técnica y tiqui-taca que el chileno. Pero, posiblemente por ser el primer día, el entrenador cántabro prefirió tirar de jerarquía. Bueno, vale. Pero está claro que cuando desbloqueó el partido fue cuando sacó a Riqui Puig. El gol llegó a partir de un balón que robó el chaval, pero también después de un taconazo de Arturo Vidal para Messi, que, como siempre, fue el que firmó los tres puntos. Así que un hurra para la cantera, para la esencia del ADN blaugrana, pero también para este músculo que no siempre se entiende bien por estos lares. Hay que conjugar ambas cuestiones, está claro. 

La cuestión es que no podemos lanzar las campanas al vuelo ni tirar cohetes después del primer partido con Quique Setién en el banquillo. Es normal. Con cinco días de trabajo no se puede dar la vuelta al calcetín de una situación que venía degradándose partido a partido. Hay que dar tiempo al nuevo entrenador. Hay que esperar que suba el nivel físico del equipo, el grado de intensidad con el que se desenvuelva, que ayer no fue muy distinto al que venía dando hasta ahora. Es muy posible que aquí haya un problema físico, que los rivales igualen por ahí la indudable superioridad técnica de los barcelonistas, y eso no se resuelve en una semana. 

Demos tiempo a Setién. De momento, ya ha ha dado protagonismo a Riqui Puig, una de las asignaturas pendientes que Valverde no supo aprobar, seguramente porque ni siquiera se la planteó. Demos tiempo a Setién, porque ayer, sin ver un gran espectáculo, sí vimos a un equipo más compacto, más seguro, com más posesión de balón, con un regreso de Messi al falso “9”, aunque es cierto que se le debe pedir muchísimo más de lo que ayer dio ofensivamente hablando. Dijo Setién antes de que el balón empezara a rodar, que cuando gana por 1-0 no se va contento a casa si no se ha jugado bien. Posiblemente sea el caso, seguro que se irá más contento otros días, pero es un punto de partida, el punto de partida para cambiar la dinámica, que es de lo que se trata.