Dembélé, una patata caliente para el nuevo presidente

Dembélé está rindiendo a su mejor nivel en los últimos partidos

Dembélé está rindiendo a su mejor nivel en los últimos partidos / AFP

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

Ousmané Dembélé llegó el verano de 2017 a Camp Nou, y ahora, tres años y medio más tarde se encuentra en uno de sus mejores momentos de forma y con más continuidad en el equipo. Está empezando a conseguir que cuando la gente le ve arrancar a correr no se ponga las manos a la cabeza pensando que se va a romper en tres trozos. Justo este buen momento de forma coincide con que a su contrato de cinco años ya solo le queda uno y medio, lo que le coloca en una situación muy provechosa para él y muy complicada para el club.

Su renovación tendrá que ser una de las carpetas prioritarias del nuevo presidente y del nuevo director deportivo y aunque la suerte y algún comportamiento errático por su parte puedan hacer pensar a alguien que no hay que renovar al francés, verle partir sin que deje un euro en la arcas la próxima temporada sería mucho peor.

Hay que recordar que Ousmane costó 105 millones de euros y el acuerdo incluía 40 millones de euros más en variables. Todo ese dinero, más el invertido temporada a temporada, en forma de sueldo no se puede volatilizar de esta manera y aunque las lesiones le hayan lastrado y en algunos episodios su comportamiento no haya sido ejemplar, sería muy frustrante verle brillar el año que se puede ir gratis.

Así que el nuevo presidente se encontrará en una difícil encrucijada con la posibilidad de liberar un sueldo importante en la plantilla y dejarle marchar libre o hacer una apuesta económica por un jugador que ha demostrado ser capaz de cambiar el sólo un partido y sin necesitar mucho.

Tocará decidir en breve si se apuesta por él y toda la prolongación de las elecciones solo hace que correr el tiempo en contra para el Barça. Ojalá haya tiempo para reconducirlo todo.