Dembélé, la historia de un fracaso

Dembélé se queda en el Barça después de su frustrado traspaso al Manchester United

Dembélé se queda en el Barça después de su frustrado traspaso al Manchester United / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça intentó, hasta el último segundo del mercado, traspasar a Dembélé. Pero, desgraciadamente, no lo consiguió. Y eso significó, también, que no pudo fichar a Memphis Depay. Koeman, por lo tanto, se queda sin el ‘9’ que llevaba reclamando desde hace semanas. Y tendrá que gestionar la continuidad de Dembélé, que solo ha jugado 20 minutos en los tres partidos oficiales de este inicio de temporada. La historia de Dembélé es la historia de un fracaso. Rotundo. Sin paliativos. Y sin excusas. Fue fichado hace tres años, deprisa y corriendo, para sustituir a Neymar y jamás ha justificado su desorbitado precio (105 millones de euros fijos más 40 en variables).

El francés tiene un talento brutal, pero ha quedado soterrado entre lesiones musculares y comportamientos poco profesionales. El extremo es rápido, desequilibrante y con su punto de locura y anarquía estaba llamado a ‘romper’ defensas y partidos. Pero su rendimiento ha sido pésimo. Solo ha participado en 75 partidos en tres años. Ni Valverde ni Quique Setién pudieron contar con Dembélé de forma habitual. Y ahora Koeman ha visto que tampoco está para ser titular en un Barça en reconstrucción. Ante el Sevilla ni siquiera fue un recurso de emergencia ante la falta de potencial ofensivo del equipo en la recta final del partido.

Koeman se había autoimpuesto como reto personal recuperar las mejores versiones de Coutinho y Dembélé, dos de los tres fichajes más caros de la historia del Barça junto a Griezmann. Con Coutinho lo ha conseguido. Con Dembélé, no. Y no por culpa del técnico holandés, sino por la poca (por no decir nula) implicación del delantero francés, que ha proseguido con su particular atonía, repitiendo, incluso, actos de indisciplina. Dembélé, lamentablemente, es irrecuperable. En su cuarta temporada en el Barça tenía la oportunidad de borrar la leyenda negra que le persigue. Pero no va a ser así. Un traspaso hubiera sido la mejor solución. Para el futbolista y para el club. Ha sido imposible. Tocará tragárselo...