Dembélé, a la grada por desagradecido

Dembélé trabaja para acortar plazos de cara a su reaparición

Dembélé trabaja para acortar plazos de cara a su reaparición / EFE

Ferran Correas

Ferran Correas

El representante de Ousmane Dembélé, Moussa Sissokho, visitó ayer la Ciutat Esportiva Joan Gamper para reunirse con el director general de fútbol del Barça, Mateu Alemany, y seguir tratando la renovación del francés, que acaba contrato el 30 de junio del 2022 y podría negociar con otro club a partir del 1 de enero si no renueva.

Casi coincidiendo con el encuentro, el presidente del Barça, Joan Laporta, había expresado públicamente la importancia de Dembélé en el proyecto de futuro del club y la confianza del Barça respecto a la continuidad del francés. La reunión, en todo caso, no fue positiva para los intereses del club.

Sissokho siguió pidiendo tiempo y dando largas a la propuesta de renovación de Alemany, centrada en rebajar el salario fijo del jugador y en aumentar los variables, que si los consigue Dembélé, podrían acabar igualando el que ha cobrado en las cinco temporadas que lleva como blaugrana. La sensación es que el representante del futbolista quiere ganar tiempo para llegar a un acuerdo con otro club a partir del 1 de enero y conseguir un contrato mejor y una importante prima de fichaje. Es decir, hay pesimismo en la dirección deportiva, que piensa que los intereses del representante van por delante de los del futbolista.

Y llegados a este punto, el Barça debe plantearse qué hacer con Dembélé, si acaba rechazando la oferta de renovación, hasta final de temporada. La decisión es complicada porque el francés debe ser un jugador importante en los esquemas de Xavi para intentar conseguir objetivos importantes en lo que queda de curso, pero podría plantearse el club, si encima el jugador no acepta un traspaso en enero que permita al Barça ingresar unos cuantos millones de euros y tener fair-play financiero para poder fichar, enviar a Dembélé a la grada y no facilitar que tenga un escaparate que le permita conseguir un contrato todavía más millonario.

Debería tener en cuenta el Barça esta posibilidad teniendo en cuenta que, si finalmente el francés no renueva, se convertiría en un jugador profundamente desagradecido con el club que le ha estado pagando durante cinco temporadas a pesar del pobre rendimiento que ha tenido por culpa de las muchas lesiones que ha sufrido, algunas de ellas por no llevar una vida demasiado ordenada.

Y es que Dembélé, hasta hoy, solo ha jugado 121 partidos con el Barça en más de cuatro temporadas, habiendo dejado de jugar más de un centenar de partidos. Solo por haber aguantado esta pobre rentabilidad, el francés debería estar agradecido al club y renovar su contrato para devolver al Barça la paciencia y confianza que ha tenido en él. Pero si prefiere un nuevo contrato millonario, debería ir a la grada por desagradecido.