Dembélé, la comedia francesa del verano

Nadie podía imaginarse que Sissoko decía la verdad cuando aseguraba que no tenía nada firmado con otro equipo

Ousmane Dembélé, futbolista del FC Barcelona

Ousmane Dembélé, futbolista del FC Barcelona / FCB

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hay que reconocerle a Ousmane Dembélé su ingenio para el regate. En el campo nadie es capaz de anticipar lo que hará, fuera tampoco. Cuando Dembélé dijo con cara de póker que era zurdo, y al mismo tiempo, que lanzaba mejor los penaltis con la derecha iba en serio. Es decir, pensaba una cosa y la contraria. Es decir, no tenía ni idea o estaba tan confuso como nosotros ahora.

Es la misma cara que le hemos visto cuando le preguntan si quiere seguir en el Barça. El culebrón de su renovación ha subrayado el perfil imprevisible del francés. Tras varias idas y venidas, y otros tantos giros de guión, quedan dos perfiles de culé. El que está saturado y no lo quiere ver más. Y el que hace tiempo que aceptó a Dembélé como a esos amigos a los que ríes todas las gracias.  Lo más sorprendente del caso ha sido la gestión que ha hecho su agente.

Nadie podía imaginarse que Moussa Sissoko decía la verdad cuando aseguraba que no tenía nada firmado con otro equipo. Todos dábamos por hecho que las reiteradas negativas al Barça se explicaban porque tenían un plan B. Resultaba impensable que se arriesgara a no tener asegurado su futuro con un jugador tan propenso a lesionarse. Pero los últimos día, con su acercamiento al Barça, confirman lo insospechado. Que Dembélé no tiene equipo a pocos días de acabar el mes junio (tampoco descarten lo contrario a estas alturas). Así que vamos a matizar y decir que aparentemente no tiene equipo. 

Es un caso sin precedentes. La clásica comedia francesa del verano con largas sobremesas (ha habido tantas cumbres que el Barça ya debe haber subido varias veces la montaña de Montserrat), algunos enredos y más de una espantada. 

David Carabén, hijo del exdirectivo Armand Caraben y cantante de Mishima, ya avisó hace meses que acabaríamos todos mareados con Dembélé. “Cada vez que constato que el defensa no tiene ni puta idea de por dónde saldrá, y tú, como espectador, tampoco tienes ni puta idea, empiezas a sospechar que él tampoco tiene ni puta idea. Está girando el cerebro de la gente”.