Dembélé, un caso clínico que necesita conseguir solución

Vive un trauma terrible. Es la imagen del hombre frustrado, derrotado, hundido

Dembélé, tocado, se retiró llorando

Dembélé, tocado, se retiró llorando / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Siento pena y tristeza por Dembelé. Vive un trauma terrible. Es la imagen del hombre frustrado, derrotado, hundido. A los 22 años ha entrado en una espiral de lesiones que nadie sabe cómo puede acabar. Los médicos no encuentran causas ni razonamientos a tantas lesiones consecutivas. El jugador había cambiado la alimentación, lleva un estilo de vida mas acorde con un futbolista. Pero la maldición de las roturas musculares le persigue. Lleva ocho desde que está en el Barça y esta temporada encadena tres. El club medita profundamente su futuro. Con este curriculum médico venderle sería el peor negocio ya que su valor en el mercado el próximo verano estará bajo mínimos. El que en su día fue el fichaje más caro de la historia del club, puede convertirse en un negocio ruinoso sino supera esta crisis.

Dembelé se ha convertido en un gran problema. Fue el primero en darse cuenta de que se había roto otra vez. Los síntomas los conoce tan bien, que de inmediato se llevó la mano al bíceps femoral de la pierna derecha y se dejó caer al suelo. Se quitó las dos botas señal inequívoca de que pedía el cambio. Su cara era un poema de dolor. Su mirada perdida en el infinito le delataba. No pudo contener las lágrimas, rompió a llorar ocultándose tras la camiseta. Messi fue en su ayuda y se percató del drama. Valverde ordenó salir a Griezmann. Los médicos corrieron en su ayuda convencidos de que era una vuelta al pasado.

Un dato verdadero que cuesta de entender a la vista de lo que ha sucedido. Hasta fichar por el Barça, en su etapa en el Rennes y en el Borussia, el francés no sufrió ninguna lesión muscular. ¡Ninguna! ¿Cómo se explica entonces la problemática actual? Los médicos tienen que estudiar el caso clínico. Ya no es cuestión de mala suerte, tampoco de poca preparación, se lesiona solo, sin contacto con los rivales, después de cumplir los plazos de recuperación recomendados. El Barça tiene que ponerle un “controller” al lado para que analice sus pasos, sus salidas, sus amigos, sus relaciones. Ahora estará diez semanas de baja, dos meses y medio de recuperación. Nunca el Barça en los últimos tiempos se había encontrado con una situación tan comprometido. 

Dembelé se ha convertido en un caso clínico al que hay que encontrar solución. A los 22 años es perfectamente recuperable. Es cuestión de paciencia, método y control. Nadie discute su técnica, su talento con los dos pies. Es un caso mas de médicos que de técnicos. Hay que ponerle en manos de la tecnología de la medicina, de las nuevas máquinas que los estudian y analizan todo. No tiene que volver hasta que mentalmente supera el miedo de volver a lesionarse. Hasta final de febrero estará en el dique seco. Eso si, hay que exigirle una recuperación metódica y sacrificada. Ansu Fati volverá a tener oportunidades. Griezmann debe confirmar su talla de crack. Ousmane Dembelé no debe tener prisa. Si se recupera de verdad, puede ser un jugador determinante para final de temporada.