Lo del Barça solo tiene un secreto

Messi no estará acompañado en esta ocasión por Luis Suárez

Messi no estará acompañado en esta ocasión por Luis Suárez / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Había una vez un equipo que afrontaba un cambio de ciclo y, en consecuencia, fichó a un nuevo entrenador y en teoría tenía que renovar la plantilla con fichajes de primerísimo nivel. Pero a la hora de la verdad, esos fichajes no solamente no llegaron sino que se le marchó de forma traicionera su segunda gran estrella. Sin embargo, cinco meses después resulta que este equipo es el único invicto de las grandes Ligas europeas y tiene al que tenía que ser el superequipo del siglo a diecinueve puntos de distancia. Este equipo es el Barça y algún mérito ha de tener más allá de las propias leyes del fútbol. Seamos realistas, el Barça ha jugado esta primera mitad de la temporada con un equipo inferior al que terminó la anterior campaña. Sin poder contar con Dembélé, la ausencia de Neymar no se compensa de ninguna de las maneras con Paulinho y las intermitentes apariciones de Semedo en el lateral derecho. ¿Dónde está el truco?

LA PRUEBA DE ANOETA. No hay truco, si acaso, secreto, aunque sea un secreto a voces. Vamos a ver: si futbolísticamente nada hace pensar que se haya cambiado a mejor, la razón hay que encontrarla en la gestión de las relaciones y emociones del grupo, en el ‘feeeling’ entre el que dirige y los que ejecutan, no quiero decir entre el que manda y los que obedecen porque precisamente no se trata de mandar y obedecer sino de convencer y comprender. Valverde le ha dado la vuelta al vestuario. Cambió la táctica, fortaleció al equipo por encima de las individualidades y las estrellas, puede que incluso contra pronóstico, le compraron la idea. Messi, el primero, que es lo más importante. Iniesta, el segundo, con ese pacto de dosificación activa que tan bien le ha ido a él y al equipo. Y a partir de ahí, la implicación del vestuario ha sido total. Este equipo siempre ha tenido talento. Hace dos años, el anterior y el actual. La diferencia es el grado de motivación. La prueba de Anoeta es inequívoca. Diez años sin ganar y el pasado domingo, con 2-0 en contra y la Liga ganada, lo que siempre es una invitación a la relajación, el equipo protagonizó una remontada histórica. Eso solo es sinónimo de compromiso, ilusión, motivación, unión y hambre de títulos. La garantía del éxito, por otra parte.