Lo del Barça no deja de ser algo muy sorprendente
Lo que le está ocurriendo al Barça esta temporada es, cuanto menos, sorprendente
Desde la distancia no siempre es fácil tener toda la información para, después, poder emitir una opinión sólida y sostenida con argumentos. Sin embargo, así, a bote pronto, lo que le está ocurriendo al Barça esta temporada es, cuanto menos, sorprendente. Muy sorprendente.
La fuerza de un equipo es la regularidad, la capacidad para saber jugar igual de local que de visitante, sea quien sea el rival y el estadio. Ahí es donde se doctoran los grandes equipos, capaces de ganar en cualquier circunstancia. Si un día ganas fácil y al otro caes con estrépito, esa distancia entre lo muy bueno y lo muy malo es lo que desconcierta. Ya no solo a los aficionados, también al propio entrenador y a los jugadores.
Sí, porque imagino que serán Valverde y sus chicos los primeros que se estarán preguntando: ¿Qué nos ocurre?¿Cómo podemos pasar de ganar 4-0 a un gran equipo como es el Sevilla a perder 3-1 ante el Levante?
Primero, el equipo.
Siempre he dicho y he escrito que soy más partidario de los equipos que de las individualidades, entendiendo que las individualidades han de estar siempre al servicio del equipo. Un jugador te puede ganar un partido en un momento puntual, pero son los equipos los que finalmente conquistan los títulos.
Y digo esto porque el Barça ha dejado de apabullar a los rivales. No es ese rodillo que pasaba por encima y que ha dominado el fútbol español y mundial en los últimos años. Después de Guardiola, Luis Enrique mantuvo ese dominio de los partidos, pero se ha ido perdiendo poco a poco, como a cuentagotas. Observo a un Barça mucho menos compacto, que sufre como nunca cuando no tiene el esférico. Y me pregunto si todo eso no estará ocurriendo por la falta de trabajo colectivo. Porque, ¿quién trabaja en la recuperación del esférico? ¿quién cubre las espaldas de los laterales cuando atacan?
He observado que cada pérdida de balón del Barça se convierte en un pequeño drama. Le hacen daño con mucha facilidad porque no replega adecuadamente. Y ese no es el mayor de los problemas. Lo es que los rivales lo sepan y basen gran parte de su discurso táctico precisamente en buscar esa espalda.
Sin un buen equilibrio entre cómo atacas y cómo defiendes es muy difícil mantener el control del encuentro. El Barça de Guardiola sufría poco en defensa porque la gran parte del partido tenía el balón y jugaba en campo contrato. Y ese juego de posición le permitía mover el balón con tanta velocidad que los rivales perseguían sombras en vez de la pelota.
Yo echo mucho de menos a Busquets, que siempre ha sido el guardián, el amo de las llaves, el hombre que sabía estar en el sitio exacto para evitar el contragolpe del equipo rival o, incluso, para comenzar la jugada desde atrás. Se me antoja fundamental para el Barça recuperar la fortaleza del centro del campo. De Jong es muy bueno técnicamente y a su lado pueden estar tanto Arturo Vidal como Arthur, pero el Barça necesita al mejor Busquets. Con él en forma el equipo atacará y defenderá con las líneas más juntas, que es algo fundamental para no dejar tantos espacios a los rivales. El Barça tiene que recuperar la regularidad. Solo así volverá a ganar títulos.
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