Opinión
Deco tiene prohibido equivocarse

Deco participa en el Sports Tomorrow Congress
El Barça necesita dinero para cuadrar sus cuentas, que es la única manera de poder acudir al mercado de fichajes con normalidad como el resto de los clubs. Esta inyección económica puede llegar, básicamente, de tres formas diferentes: a través de una mejora del contrato que le une a Nike, con la venta parcial de Barça Vision o vendiendo jugadores. Esta última alternativa es la más traumática de todas porque supondría la salida de uno o dos jugadores importantes para la plantilla, que son lo que más mercado tienen. Llegados a este punto, equivocarse no está permitido.
Corría el año 2010 cuando Txiki Begiristain comentaba a sus más allegados que “tengo que vender a Yaya Touré”. Cuándo le preguntaban el porqué de aquella decisión la respuesta era fácil “porque está Sergio Busquets”. La irrupción del de Badia fue tan bestia que obligó al entonces director deportivo a replanteárselo todo, incluida la venta de un futbolista tan importante como el costamarfileño. Parecía entonces una opción arriesgada, sobre todo porque el club no necesitaba, como ahora, vender de forma imperiosa. Pero al hoy máximo responsable deportivo del Manchester City no le tembló el pulso. El recuerdo de aquel movimiento se hace hoy muy vigente por la necesidad del Barça de ingresar, pero también por la irrupción de futbolistas como Lamine Yamal, Cubarsí o incluso Fermín, una apuesta inequívoca de Xavi.

Christensen, en un lance del partido entre el FC Barcelona y el Valencia / Valentí Enrich
Deco tendrá la última palabra a la hora de confeccionar una plantilla competitiva e incluso más importnate que acertar en los posibles fichajes, está elegir muy bien las salidas. El cambio de cromos entre Busquets y Yaya Touré no fue solo un intercambio monetario, sino de tendencia porque se apostó por la cantera en detrimento de futbolistas que, por mucha indentificación que sientan con el Barça, es imposible que lo hagan de la misma manera que alguien que ha crecido en el fútbol base. Por todo ello, vender a jugadores como Araujo, Balde o cualquiera de los canteranos que han llegado hace poco al primer equipo sería un grave error de cálculo porque ellos son el futuro, mientras que jugadores como De Jong, Iñigo Martínez, Christensen o Koundé, en mayor o menor medida, pueden llegar a ser prescindibles. En un mundo ideal, el Barça solo debería verse obligado a vender ante ofertas irrechazables que cuenten con la aceptación del futbolista en cuestión, pero este no es el caso hoy y Deco está ante el primer gran mercado de fichajes desde que asumió el cargo de director deportivo. Fichar bien, si se puede, es necesario; vender mejor, si no hay alternativa, es imprescindible. De ello depende el futuro inmediato de la primera plantilla.
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