Deco libera a Laporta de su compromiso

Deco reconoció su devoción por el Oporto

Deco reconoció su devoción por el Oporto / EFE

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Todo estaba diseñado para que el Barça afrontara una profunda remodelación en su área deportiva este pasado verano. Con Mateu Alemany al frente de la parcela ejecutiva, el club quería instaurar un nuevo método de trabajo en todo lo referente a la secretaría técnica. Jordi Cruyff, acompañado por Deco en una función por concretar, tenían que afrontar una ‘operación limpieza’ interna que acabara con los ‘vicios del pasado’ y devolviera el club a la máxima competitividad.

Otro ambicioso proyecto que también se ha ido al traste. O, si quieren ser benévolos, se ha quedado a medio camino. En este caso por obra y gracia de Deco y su deseo de no enturbiar y generar problemas alrededor de la figura del presidente Laporta.

El desembarco de Deco estaba pactado. En un principio se estudió que ejerciera las labores de algo similar a una ‘secretaría técnica’ en Brasil y otras canteras sudamericanas. Más o menos venía a ser el relevo natural del defenestrado Cury. Sin embargo, el propio Deco quiso dar un paso al frente y aseguró a Laporta estar en condiciones de instalar residencia en Barcelona y colaborar de forma más directa en la secretaría técnica global. Y prueba de ello, avaló la llegada de Paulo Araújo como nuevo director de la parcela de scouting. En paralelo, Jordi Cruyff había hecho lo propio unos meses antes reforzando su entorno con la incorporación de Joel Lara también en el área de rastreo.

La revolución en la secretaría técnica se ha quedado en otro sueño de verano. Deco, a través de su agencia de representación, ha facilitado la llegada de Raphinha al Barça. Una operación de mercado en toda regla que, sin embargo, genera las clásicas suspicacias y enturbia su amistad con Joan Laporta. Pues bien, ha sido el propio Deco quien ha pedido al presidente azulgrana que le libere de toda responsabilidad y compromiso a la hora de ingresar de pleno en la estructura de la secretaría técnica del Barça. El exjugador azulgrana y reputado agente entiende que no es compatible asesorar al club desde el interior de la estructura técnica y, al mismo tiempo, tener intereses en forma de futbolistas de primer nivel que podrían reforzar al equipo en un futuro.

Y es que después de la llegada de Raphinha, si el Barça finalmente se decide por reforzar la defensa con la llegada de un perfil zurdo -la salida de Jordi Alba dejaría otra vacante-, otro jugador de la empresa de Deco, Caio Henrique, apunta al Camp Nou.

Deco se decanta por su labor de agente y deja al margen su función en el área deportiva del Barça. Eso sí, seguirá asesorando a título personal a Laporta en todo aquello que el presidente le requiera.