Decisiones clave para el futuro

Griezmann, Luis Suárez y Arturo Vidal celebran un gol del Barça en la temporada 2020/21

Griezmann, Luis Suárez y Arturo Vidal celebran un gol del Barça en la temporada 2020/21 / EFE

Gerard López

Gerard López

El presente del Barça es alentador. Está a un paso de reiniciar una Liga que aspira ganar y de disputar una Champions con la ilusión que este título siempre genera. Hay motivos para ser optimista porque han vuelto los rondos en la Ciutat Esportiva, el equipo ha recuperado a Suárez y en la plantilla nadie descarta un doblete. Ojalá sea así. Lo celebraríamos a lo grande.

Esta perspectiva no debe evitar que miremos al club de forma más global. Hay unos nubarrones negros en el horizonte que atenazan el futuro: por las pérdidas que generará el coronavirus, por los últimos años de la generación más maravillosa, por la presencia de unas elecciones a la vuelta de la esquina y por una directiva que en un año recogerá los bártulos y se irá. No exagero si digo que es el momento más trascendental de los últimos 30 o 40 años.

Es decisivo porque debes renovar a la columna vertebral que supera los treinta años (Messi, Alba, Busquets, Piqué y Suárez). Ya se han ido Valdés, Puyol, Xavi o Iniesta y dentro de unos años les tocará a los que ahora cogieron su relevo. Y con su marcha quedará un vacío difícil de mitigar. ¿Cómo solucionarlo? La respuesta solo se puede encontrar en la cantera.

El corazón del equipo siempre ha sido de la casa, pero ahora nos encontramos en que hay un salto grande entre Busquets, Pique o Messi con Puig, Aleñá, Ansu o Collado. Entre medio solo está Sergi Roberto. Demasiado poco. Es complicado que estos jóvenes asuman ya este protagonismo porque la cantera debe apreciar que se confía ciegamente en ella, el calor del entrenador del primer equipo y el convencimiento de los despachos. No siempre pasa. Ahí está el caso de Fati, que hace medio año era la salvación y ahora se le busca para reforzar el filial después de casi desaparecer del primer equipo desde la llegada de Quique Setién. Ha dado 20 pasos atrás.

No basta que los responsables se llenen la boca de buenas palabras, sino que debe ser una apuesta valiente para que estos chicos se asienten en el equipo y puedan asumir el peso de la camiseta. No hay nadie como Messi, que desde el primer día es capaz de todo. El resto de los mortales necesitan un espacio para crecer. Y los últimos entrenadores (Luis Enrique, Valverde y Quique Setién) no se lo han dado. El resultadismo les ha llevado a tomar decisiones perjudiciales para la entidad. Y ahora estamos con este vacío complicado de llenar.

Los mensajes que recibe la cantera desde la secretaría técnica tampoco es el adecuado. Con nombres como Pjanic, Lautaro, Neymar o De Sciglio se aprecia que el club no mira a los campos de entrenamiento de la Ciutat Esportiva, sino fuera de Barcelona. Y este mensaje cala entre la cantera, que se busca la vida lejos del Camp Nou. ¿Qué puede pensar Collado o Riqui si traes a un jugador como Pjanic, de 30 años? ¿O Fati si le traes a Neymar? Todo esto coincide con una inestabilidad en la secretaría técnica (cuatro directores deportivos con el actual presidente) y en la propia junta. Y un último año de mandato, donde la mirada a futuro no te alcanza a nada. Después ya vendrá otro, pensarán. Y habremos perdido otro año. Y entraremos dentro de lo que será un inicio de un proceso electoral en el que los socios deberán tomar la decisión más importante.

¿Quién cogerá el relevo? El que esté más preparado, el que tenga un proyecto más preparado y el que sepa exactamente cuál es el destino del club. Será momento de decisiones valientes porque las arcas no estarán llenas por culpa del coronavirus, con un estadio que quien sabe cuándo abrirá sus puertas al público y se deberá renovar una plantilla que se come parte de los ingresos que genera el club.