Opinión

Una decisión injusta y arbitraria

Hansi Flick ha condenado al ostracismo más absoluto al alicantino en una elección incomprensible

Wojciech Szczesny, en el entrenamiento previo en Da Luz

Wojciech Szczesny, en el entrenamiento previo en Da Luz / Javi Ferrándiz

Es extremadamente complicado entender la decisión tomada por Hansi Flick en la portería. El alemán, ahora ya está confirmado, engañó a Iñaki Peña cuando le dijo, cara a cara, que él sería el portero titular por delante de Szczesny. También se expresó en esos mismos términos en rueda de prensa, anunciando que el sustituto de Ter Stegen sería el canterano. Obviamente, a partir de ahí era el propio jugador el que debía ganarse la continuidad, algo que hizo con actuaciones de mérito y, sobre todo, mostrando sobriedad en sus actuaciones. Ninguna queja. Tampoco por parte del entrenador.

Sin embargo, Flick aprovechó la primera oportunidad que tuvo (el retraso de dos minutos en la charla previa a las semifinales de la Supercopa de España) para cargárselo. Desde entonces solo ha jugado un partido porque Tek estaba sancionado. Todo lo que ha podido jugar el polaco lo ha jugado, algo que volverá a ocurrir ante el Valencia en la Copa. Las declaraciones del técnico convierten la meritocracia en una palabra vacía de contenido porque Szczesny lo jugará todo haga lo que haga: "Tek es el número uno claramente". La presión que tuvo que soportar a diario Iñaki Peña no existe para el polaco.

Es muy difícil no pensar mal cuando el elegido para defender la portería del Barça por la lesión de Ter Stegen es un meta que estaba retirado en Marbella y que ha necesitado una pretemporada hecha a medida para volver a competir. Es imposible entender que la decisión sea solo deportiva cuando en cada salida del área se le ven las costuras porque en toda su trayectoria no había jugado en su sistema como el del Barça. De hecho, nunca su nombre estuvo sobre la mesa como posible refuerzo para la portería blaugrana hasta que colgó los guantes. Szczesny no ha sido nunca uno de los mejores porteros del mundo ni su perfil encajaba en el juego del Barça.

Muchas preguntas sin respuesta

Sim motivos deportivos que expliquen su titularidad en todas las competiciones, ¿por qué se condena al ostracismo más absoluto a un canterano como Iñaki Peña? ¿Qué ha hecho tan mal como para no jugar nada? Esta es una pregunta que Flick no ha respondido. Sus explicaciones han ido desde la superstición ("con Tek lo hemos ganado todo", dijo antes del empate ante el Atalanta) al concierto de violín ("Iñaki Peña también es muy bueno"). Ni una sola razón deportiva o extradeportiva ha dado Hansi para explicar un cambio tan brusco. Sin argumentos convicentes, toca preguntárselo todo.

Mucho más cuando quien se queda sin jugar es alguien tan valorado por sus compañeros (muchos tampoco entienden el cambio), pero también por Deco, como así lo ha expresado durante las reuniones con los represenantes del alicantino. Ni siquiera José Ramón de la Fuente, de forma interna, ha acabado de comprender el ostracismo al que ha condenado Flick a Iñaki Peña para que Szczesny, que faltó el respeto al escudo fumando en el vestuario a los pocos días de llegar al club (mucho más grave que un retraso de dos minutos), lo juegue todo.

Iñaki Peña y Wojciech Szczesny mantienen una rivalidad deportiva que ahora está del lado del polaco

Iñaki Peña y Wojciech Szczesny mantienen una rivalidad deportiva que ahora está del lado del polaco / Valentí Enrich

Flick manda y decide, algo que ha hecho con un sentido común extraordinario desde que llegó. Gracias a ello su equipo lucha por todos los títulos y ofrece un nivel de juego enorme. Precisamente por ello su postura con la portería, alejada de lógica con la que lo ha gestionado todo, es tan difícil de entender. Y el problema, cuando un entrenador actúa de forma arbitraria e injusta, no lo tiene ni con la afición ni con la prensa, sino con sus futbolistas. Uno de ellos, Iñaki Peña, está tocado... y hundido. Su única salida es salir del Barça.