D10s y el año nuevo chino

Prosperidad, orden y abundancia. Esto es lo que nos trae el nuevo año chino que Messi decidió empezar a celebrar el martes en el restaurante Shangai. Este establecimiento, único e imperdible, recibió la visita de Leo porque, entre otras cosas, estaba de libranza en Barcelona. El maravilloso mundo de las rotaciones dejó al crack argentino en la ciudad condal y en Madrid se frotan las manos con los mantras “el Barça tira la Copa” y “sin Messi este equipo no vale nada”. Dando munición al enemigo, esto es así. Que el Sevilla mereció ayer la victoria es tan real como que el FC Barcelona aspira a lo máximo, siendo lo mínimo la Copa del Rey.

Prosperidad, orden y abundancia. Lo primero llega con la firma de De Jong, apuntalando un proyecto ambicioso que destila un ‘aroma Cruyff’ que ilusiona y entusiasma. Una buena, excelente diría yo, gestión de Bartomeu y la dirección deportiva del Barça que a algunos parece que les cuesta reconocer. Lo del orden, visto lo visto en el Sánchez Pizjuán, no acaba de llegar. La abundancia la conoceremos el 30 de junio. En las arcas y en los títulos. Hasta el momento, líderes en la Liga y vivos en las tres competiciones, muchos encomiendan su espíritu a D10s.

Mientras Messi degustaba los manjares que le preparó el chef José María Kao, Boateng se frotaba los ojos viendo como imprimían su número en la camiseta azulgrana y debutaba con ella ante el Sevilla. El rey de reyes se quedó en casa, el ‘King Arturo’ estuvo descolocado en el césped andaluz y al Príncipe lo apearon de la carroza a la que pintaron bastos. Aleñá y Arthur fueron, de calle, los que llevaron la corona con mayor dignidad. 

Este es el año del Cerdo. Dicen que va a ser alegre, conciliador y despreocupado. De bonanza y buenrollismo. Con el rojo como estandarte, que representa la fuerza y el poder. Un 50% de los colores del Barça. El mismo porcentaje que le doy a esta eliminatoria. Con Messi, claro.