El culebron Neymar puede acabar en fiasco*

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J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Estamos a tres días del cierre del mercado de fichajes y Neymar sigue en Paris. Mal panorama. Continúan las negociaciones sin llegar a un acuerdo después de que el PSG haya rechazado dos ofertas del Barça.  Pintan bastos. El problema sigue siendo el mismo que hace un mes. Ellos quieren dinero inmediato contante y sonante mientras que Bartomeu solo puede ofrecer un pago diferido con varios jugadores de complemento para rebajar el coste total del traspaso. Si nadie cede de aquí al lunes, el brasileño lo tiene negro.

Hace más de un mes, en esta misma página, titulamos: El culebrón Neymar puede acabar en fiasco. Hoy nos vemos obligados a repetir el titular entendiendo por fiasco una mezcla de fracaso, frustración y desilusión. La realidad es tozuda y los deseos no siempre se cumplen. El jugador tiene menos fuerza de lo que se creía y el Barça sufre una situación económica que no le permite hacer locuras. Como escribíamos el 28 de julio, el Barça es prisionero de una estrategia cuya llave controla el PSG. La falta de confianza entre los dos clubs es manifiesta.

Los árabes son orgullosos y no quieren ceder a las presiones de un jugador que ha dado un rendimiento muy bajo. Lo pagaron a precio de crack y ha jugado la mitad de los partidos. Las fiestas le han pasado factura en forma de lesiones. El Barça hace tiempo que sabe que sólo lo venderán si recuperan gran parte de los 222 millones pagados. Así y todo ha alargado la negociación para que nadie pueda decir, Messi incluido, que no han hecho todo lo posible. Por el camino el Real Madrid ha descartado entrar en la puja por el brasileño fijando su objetivo en fichar a Mbappé el próximo año.

El culebrón se alarga

Lo único cierto hasta el momento es que el culebrón se alarga demasiado con el desgaste que ello supone. Más rumores que hechos. A veces no sabemos si asistimos a una comedia o a teatro del malo. Los culés temen que el PSG gane la batalla de los despachos a la vista de que Bartomeu no consiguió el jueves sentarse en una mesa a negociar con Nasser Al Khelaifi en el sorteo celebrado en Montecarlo, señal inequívoca de que el presidente catarí no está por la causa. Dos viajes a Paris del staff deportivo tampoco han dado los resultados esperados.

Somos pesimistas en torno al desenlace final de la operación, pero no hay que descartar nada hasta el lunes porque en el mundo del fútbol siempre es posible un giro imprevisto. El Barça negociará hasta el último minuto sin salirse de su cuaderno de ruta, 140 millones a pagar en dos años más dos jugadores, esta es su oferta límite. Estamos frente a una partida de póker con cartas marcadas, Bartomeu se ha plantado, la última palabra la tiene el PSG.

Consideración final. Si Neymar no viene, no pasa nada. El Barça continuará teniendo una gran plantilla y Valverde un problema menos. No nos engañemos, Neymar es un grandísimo jugador pero sus lesiones y su vida díscola son una amenaza terrible. Ficharlo, sumaría si recuperara su mejor nivel. No ficharlo, no resta. Es más, si ahora mismo hacemos una encuesta entre la afición barcelonista habría mas partidarios de no ficharlo que de ficharlo. El culebrón Neymar puede tener un triste final.

* Fiasco: mezcla de fracaso, decepción y desilusión