Cuidar el talento

Carles Aleñá no deja de crecer sobre el terreno de juego

Carles Aleñá no deja de crecer sobre el terreno de juego / EFE

Xavi Torres

Xavi Torres

Ante el Valencia, Valverde decidió rotar. Respecto al teórico equipo titular, descansaron Lenglet, Alba, Arthur y Sergio (sancionado). El entrenador apostó por una media formada por Rakitic, por el centro, con Vidal y Aleñá, en los interiores. La habitual sala de máquinas reunió tres futbolistas muy físicos, amantes del fútbol vertical, de la ida y de la vuelta, de la aparición en ataque desde la segunda línea.

El plan del técnico era claro pero a veces, el balón, es caprichoso. De repente, Gameiro, a la contra, y Parejo, de penalti, pusieron un 0 a 2 en el marcador del Camp Nou en apenas media hora de juego. Y, a continuación, el Valencia se echó atrás y decidió defender el resultado, a menudo, con los once jugadores por detrás del balón. El partido de fútbol, para el Barça, se convirtió en uno de balonmano.

Difícil entramado

Cualquiera sabe que atacar sin espacios es muy complicado. Y más todavía si quien se cierra es un consumado especialista. Para romper tres líneas de rivales, muy juntas, hace falta mucha calidad. Para pensar y para juar. Para abrir mucho el campo y mover el balón a gran velocidad con el objetivo de generar espacios, por fuera hasta la línea de fondo o por dentro, aprovechando los carriles centrales. Para combinar con gran precisión. Para exhibir sensibilidad en cada pase. Para tomar la mejor decisión en cada jugada. Talento puro.

Pero ni Rakitic ni Vidal ni Aleñá son especialistas y, por tanto, a base de pases horizontales, los delanteros quedaron anulados con el simple orden valencianista. Con lo que había en el campo el Barça solamente tenía una solución: retrasar a Messi. El argentino, convertido en el organizador del equipo, en un medio más, se alejó del área pero se hartó de crear superioridades y ayudó, gracias a su calidad, a mantener el balón y encerrar al rival en su área.

Solo, sin Busquets, en la grada, y sin Arthur, en el banco, al Barça le cuesta atacar con sentido. Y más aún sin Alba, el mejor aliado de Leo para abrir las defensas. El equipo acabó empatando, una vez más, gracias a los súperpoderes de Messi pero volvió a demostrar hándicaps creativos preocupantes. De hecho, cuando el 10 desapareció por culpa del golpe que recibió de Lato, el equipo dejó de tener opciones.

Necesario De Jong

La manta es corta. Y lo es en algo que se antoja fundamental para ganar a los mejores. Correr, pueden corren todos; jugar bien, unos cuantos; eso sí, entender el juego, únicamente unos pocos escogidos. El Barça, como club diferente (hasta no hace mucho) que planteaba el fútbol de manera particular a través de un método muy exclusivo, necesita cuidar el talento por encima de todo. Por eso el fichaje de Frenkie de Jong es tan necesario y, por eso, el maltrato a la cantera es tan preocupante.