Cuatro razones para el optimismo y una crítica muy seria

Los jugadores del Barça recibieron un jarro de agua fría muy pronto

Los jugadores del Barça recibieron un jarro de agua fría muy pronto / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

La derrota en Granada ha dejado al Barça tocado y al barcelonismo muy preocupado. Esta vez, la herida duele porque se impone la sensación de que los graves defectos que vimos en Bilbao y Pamplona, y también en Dortmund, no solo se han confirmado sino que se han agudizado. Y que el cambio de rumbo que debía verse tras la debacle de Anfield se ha quedado de momento en un giro a medias, del que solo se ha percibido algo positivo en los partidos de casa. Sin embargo, sería injusto (y además imprudente) no pensar que todavía hay razones para el optimismo, siempre y cuando se mantenga muy alerta la visión crítica sobre lo que le está sucediendo al club.

PRIMERA RAZÓN OPTIMISTA: ES MUY TEMPRANO

La única gran ventaja de los desastres vividos en Granada, Dortmund, Pamplona y San Mamés es que se han producido muy temprano. Sería una locura tirar la toalla a finales de septiembre, cuando evidentemente todas las competiciones están abiertas.

SEGUNDA RAZÓN OPTIMISTA: MESSI TODAVÍA NO ESTÁ AL 100%.

Es evidente que Messi está todavía recuperándose, y que no ha podido ni siquiera entrenarse durante la pretemporada. Es lógico pensar que el equipo irá creciendo a medida que Messi vaya entrando en el equipo.

TERCERA RAZÓN OPTIMISTA: PEOR, IMPOSIBLE

Algunos jugadores están tan lejos de sus prestaciones normales (Griezmann, Suárez, Rakitic, Sergi Roberto, Arturo Vidal, Semedo...), que es lógico pensar que solo pueden mejorar a partir de ahora. Parece improbable que todos ellos se sostengan en el paupérrimo nivel actual.

CUARTA RAZÓN OPTIMISTA: BRILLAN DE JONG Y ANSU

En medio de las tinieblas, De Jong y Ansu han demostrado un gran talento. De Jong crece a cada partido y en medio del naufragio se mostró sólido, inteligente y con dotes de liderazgo. Ansu deslumbró por su velocidad, su carácter y su determinación. El Barça se agarra hoy a un jugador muy joven y a un adolescente, quizás como un mensaje del cambio generacional que se avecina.

UNA CRÍTICA MUY SERIA: FALTA HAMBRE

Las últimas debacles, de Anfield a Granada, tienen un denominador común: falta hambre y faltan jugadores con ganas de comerse el mundo. Falta también un entrenador que imponga tener hambre y un club que le imponga al entrenador que imponga tener hambre. O el Barça recupera urgentemente sus ganas de arrasar a sus rivales o la suerte estará echada.