Cuando se juega a no perder

Busquets lo dio todo en su partido 500 con el Barça

Busquets lo dio todo en su partido 500 con el Barça / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Fue mal partido o, si lo prefieren, un partido que los dos contendientes afrontaron con muchas reservas, un partido que los dos equipos tenían miedo a perder y en consecuente justicia, ninguno de los dos perdió... pero tampoco ganó. Simeone lo planteó como siempre, líneas juntas, intensidad máxima y al contraataque, mientras Valverde lo imaginó desde la prudencia, con Sergi Roberto y Arturo Vidal en el centro del campo, dejando solos a Suárez y Messi arriba. Total, nada de nada. Algunos dirán que tácticamente fue un duelo interesante, pero cuando no hay ocasiones de gol y en el campo hay jugadores de muchísimo talento y todavía más millones de euros, lo que vimos supo a poco. El Barça dominó pero sin remate y solo cuando se vio con el marcador en contra y sacó a Dembélé y Malcom, o sea, cuando quiso marcar, marcó y empató. Pero que tengan todos claro que cuando se sale a no perder, puede que no se pierda, pero lo que es casi seguro es que no se gane. Y del Barça esperamos mucho más que esto. Por cierto, otra vez Dembélé. Será todo lo irresponsable que nos quieran hacer creer que es, pero ya lleva unos cuantos puntos salvados. 

ACOJONANTE. Infinitamente peor fue lo del Madrid. Solari empezó su andadura en el banquillo pidiendo cojones a sus jugadores para un partidito de Copa en Melilla y se quejó ayer de que estos mismos jugadores no hubieran puesto cojones tras la derrota más humillante que nunca se pudieran haber imaginado contra el Eibar. Es sintomático que el entrenador del Madrid no tenga más argumentos que la testiculina, que lo fíe todo a dos pelotas cuando al fútbol se juega con una. Acojonante, ya que se empeña en reducirlo todo a los cojones, lo del Madrid. Un 3-0 contra el Eibar es todavía peor que un 5-1 contra el Barça. Son 49 millones contra 752 de presupuesto, la mayor humillación que puede sufrir el ser superior y todos los que se creen que tienen en el palco a un tipo que está por encima del bien y del mal.