La cruzada contra los sueldos desorbitados

Coutinho puede salir

Coutinho puede salir

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Messi se fue a pesar de que había aceptado rebajarse un 50 por ciento el salario y cobrar solo 10 millones de euros netos en el primer año de su nuevo contrato. Un esfuerzo muy grande que, sin embargo, no le sirvió para seguir en el Barça. Piqué dio ejemplo y pactó una rebaja “muy considerable” de su ficha (“Estoy jugando por cuatro duros”, llegó a decirle, medio en broma y medio en serio, a Ibai Llanos en Twitch) que permitió que el club pudiera inscribir a última hora a Memphis y Eric Garcia para el debut de la Liga contra la Real Sociedad. El resto de los capitanes, Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto, están a punto de cerrar un acuerdo. Y después vendrá el resto de la plantilla, empezando por Griezmann y Coutinho (se quede o se vaya cedido, cosa cada vez más complicada precisamente por su elevada ficha), los dos jugadores que más cobraban tras Messi. Y es que la cruzada de Laporta contra los salarios desorbitados y fuera de mercado no acabará hasta que haya logrado su objetivo: reducir considerablemente la masa salarial (a su llegada significaba el 110 por ciento de los ingresos) y adecuar las fichas de los jugadores a la actual realidad del fútbol en general y del Barça en particular. 

El caprichoso derroche de la época Bartomeu se ha acabado. El anterior presidente había claudicado al poder de los jugadores, concediéndoles renovaciones tan absurdas como desproporcionadas. Lo hizo, en más de una ocasión, para salvar su cabeza. Y la estrategia le funcionó hasta que las victorias y los títulos dejaron de llegar. Entonces se encontró con una plantilla perdedora y sobrevalorada que condujo al Barça a la ruina deportiva y económica. Cambiar esta situación es muy difícil. Existen contratos firmados que no pueden rescindirse por las buenas sin incumplir la ley. La única solución es negociar con firmeza, con dureza incluso, para revertir la nefasta herencia. Es lo que está haciendo Laporta. La deuda de 1.350 millones de euros no deja margen de maniobra. Hay que actuar. Con rapidez y contundencia. Ahora, para salvar al Barça.