¿De verdad Cruyff hubiese votado a este Laporta?

Joan Laporta saluda a los capitanes del Barça de la pasada temporada

Joan Laporta saluda a los capitanes del Barça de la pasada temporada / FCB

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Creo que estoy empezando a perder amigos por escribir lo que pienso. Me temo que buena parte de lo que le está pasando al Barça es culpa de todos los que le dan alas a un presidente, antiguo, que quiere hacerse el moderno y que, a lomos de un discurso arrebatador y, a menudo, vacio (escribo estas líneas cuando Joan Laporta vuelve a salir en TV3 para tratar de recuperar el terreno perdido en una aparición esperpéntica ante más de una decena de periodistas, sin haber sido convocado), siempre cautivador que hace que sus aduladores lo lleven bajo palio hacia no se sabe dónde.

Hace días que pienso en Jordi Cruyff, asesor (dicen) futbolístico de Joan Laporta, que ya tenía secretario técnico (no escogido, heredado, en la persona de Ramon Planes) y ya había contratado al director de fútbol (Mateu Alemany), de cuya existencia apenas conocemos nada y que, de pronto, quedó en evidencia y hasta en ridículo (por supuesto, perdió toda la credibilidad del mundo) ante los periodistas convocados, no puede estar muy de acuerdo con todo lo que está pasando en el Barça.

Digo que pienso en Jordi Cruyff porque aún le doy vueltas a sus palabras en plena campaña electoral, cuando dijo que su padre, el gran Johan, el visionario Johan, hubiese votado a Joan Laporta. Supongo (con más motivo ahora que tiene cargo y nómina en el Barça) que Jordi sigue pensando igual, pero a mí me cuesta creer que el ‘profeta del gol’ estuviese de acuerdo con este Joan Laporta, no sé si con el que fue íntimo amigo suyo, pero con el que mete tanto la pata y, sobre todo, dice y hace todo lo contrario de lo que defendía el gran Cruyff, tengo mis dudas.

Me temo que Cruyff le hubiese dado una patada en el culo al presidente que se hubiese metido en sus asuntos, al presidente que le hubiera dicho que no era su entrenador (“es sencillo, me pagas y me voy”), al presidente que le hubiera diseñado, con vasos, tenedores y migas de pan sobre la mesa, la táctica, que le sugiriese nombres para el equipo titular, que le propusiera una renovación (ficticia, falsa) dependiendo de los títulos, que no hubiese puesto el dinero en el campo (¡es que no hay dinero!) y que se hubiese desprendido de dos de sus grandes estrellas.

No digo que se pronuncie Jordi Cruyff, no, solo digo que me cuesta creer que su padre hubiese aceptado, tolerado y avalado que el presidente del Barça tratase al entrenador blaugrana como Laporta trata a Ronald Koeman, pese a que anoche (me juego un dedo) dijera en TV3 ¿lo dijo, verdad? que era su entrenador y creía en él. Fijo.