Cuando Cruyff se agarró a la Copa

Cruyff, cuestión de estilo

Cruyff, cuestión de estilo / SPORT

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El primer título de Koeman como jugador del Barça fue una Copa del Rey, la que el Barça le ganó al Madrid en abril de 1990.

Era la segunda temporada de Johan Cruyff en el banquillo: esa Copa fue el único título del Barça en aquel curso, 1989-90.  

El ambiente que rodeaba al equipo en aquellos días no era precisamente idílico: Cruyff había prescindido de Milla para jugar la final y el asunto se convirtió en una cuestión de Estado. “¡Es un chantaje!”, se quejaba el centrocampista, “Cruyff quiere fastidiarme porque hay una prima de mucho dinero si se gana la final”. 

Debe de ser que a Cruyff le gusta tener el vestuario crispado”, se quejaba Urbano, otro de los descartados.

El presidente Núñez también andaba agobiado por la falta de títulos, las cinco Ligas seguidas del Madrid y su relación, siempre tensa, con Cruyff. Había directivos del club con la guillotina preparada para liquidar a Cruyff en caso de derrota. “Mucho nos tememos que Milla acabe en el Madrid, después de este desprecio”, decían algunos. No les falló el olfato.

En la expedición oficial viajaron 16 jugadores: el resto -lesionados y no convocados- tuvieron que hacerlo por su cuenta. 

Terreno sembrado

Pese a ese ambiente, que hoy calificaríamos como mínimo de tóxico, el Barça ganó esa final, que tranquilizó el ambiente, ratificó a Cruyff en su cargo y sentó las bases para lo que vendría después: cuatro Ligas y una Copa de Europa. ¿Qué habría pasado si el Barça hubiera perdido esa final de Copa? Quizá el Dream Team nunca hubiera existido. Quién sabe. Koeman puede ganar hoy su primer título como entrenador del Barça. Quién sabe si será el inicio de otro gran Barça.