La crítica y los goles

Ronald Araujo logró su primer gol con la camiseta del FC Barcelona

Ronald Araujo logró su primer gol con la camiseta del FC Barcelona / JAVI FERRANDIZ

Rubén Uría

Rubén Uría

RONALD, LA APUESTA ESTÁ EN CASA

El Barça es una moneda al aire. Capaz de ganar a cualquiera y de perder con cualquiera, anémico de confianza y plan, inmerso en una crisis institucional galopante y unas turbulencias deportivas de primer orden, al Barça tiene pocas noticias. Cuesta encontrar brotes verdes. Y en el delicado ecosistema asoma Ronald Araujo. El chico es inexperto y tiene margen de mejora, pero tiene una carrocería imponente, gana duelos, domina el tráfico aéreo y aunque es más largo que un día sin pan, es rápido. No es Puyol, ni seguramente sea Piqué. Pero si alguien que se está ganando la oportunidad de tener la confianza del entrenador, ese es Araujo. Consejo: no gasten dinero en alguien de fuera cuando tienen lo que necesitan en casa. 

LA CRÍTICA Y LOS GOLES

El Barça, que financió los fichajes del Atleti con los 120 “kilos” pagados por Antoine, decidió regalar a Suárez a los rojiblancos. Hace una semana, la crítica ‘especializada’ nos vendía que Luis Suárez está cojo, gordo, viejo y que no estaba para jugar en Primera División. Siete días después, Luis Suárez firmaba un doblete ante el Elche, se colocaba segundo en el Pichichi con siete goles y superaba los registros de Falcao, Forlán, Villa, Torres y Kun Agüero. Moraleja: La relación entre la crítica y el gol es inversamente proporcional. Cuanto más rajan de Luis, más bocas tapa el uruguayo. ¿Cojo y gordo? Da igual. Los goles se le caen de los bolsillos.

SUPERLIGA, QUEJA Y BENZEMA

Después de que Florentino reivindicase la Superliga y se quejase del trato que recibe su equipo en las retransmisiones de televisión – no es broma-, el Madrid hizo los deberes en Ipurúa. En casa de Mendilíbar y compañía, el Real jugó de cine la primera media hora y después sufrió. Aunque el segundo acto fue para los locales y el árbitro no consideró penalti por mano de Ramos, el Madrid sacó adelante el partido. El mejor fue, otra vez, Karim Benzema. Y Zidane, que no rota porque lo que funciona no se toca, ahora tiene el viento de cara.