Cristiano marca el camino a Messi

Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Hablamos mucho (demasiado) de la dependencia que el Barça tiene de Messi. Y lo destacamos más cuando, como sucede esta temporada, la trascendencia del crack argentino en el juego blaugrana es aún mayor. Si cabe. Porque la ‘messidependencia’ ha existido siempre. Y resulta lógico que así sea.

Depender del mejor futbolista del mundo (y de la historia) no es ningún menosprecio para el equipo. O para el entrenador. Los Chicago Bulls lo ganaban todo porque tenían a Michael Jordan, que condicionaba absolutamente el juego del equipo de Phil Jackson. El Barça tiene a Messi, el Jordan del fútbol, y sucede exactamente lo mismo. Aquí se juega como juega Messi. Y ojalá continue siendo así por muchos años. Porque Messi no tiene relevo. De hecho, todavía no ha nacido el futbolista que pueda suceder a Messi en el trono universal.

Esta noche, ante la Roma, todos esperamos una nueva exhibición de Messi. Porque D10S   es nuestra esperanza para volver a ganar la Champions.

Un D10S con hambre de títulos, más consciente que nunca de su trascendencia. La ‘messidependencia’, como ante el Chelsea, se hará imprescindible para superar los cuartos de final. Porque nos alegramos mucho (muchísimo) de la recuperación de Busquets. Y celebramos mucho (muchísimo) la dulce veteranía de Iniesta. Y la solvencia defensiva. Y la garra goleadora de Luis Suárez... Pero sin Messi no hay paraíso. Lo sabe Valverde y lo saben sus compañeros, que no hacen más que rendirse a la evidencia: es un lujo y un placer jugar al lado del número 1.

Y si el Barça tiene ‘messidependencia’, el Madrid tiene ‘cristianodependencia’. Lógico también. El crack portugués, que se crece hasta lo inexplicable en la Champions, volvió a ser decisivo en el partido que los blancos disputaron anoche en Turín. Y marcó el camino de lo que debe hacer hoy Messi en el Camp Nou. Cristiano lleva 16 goles en sus últimos 10 partidos en la Copa de Europa. Dos le endosó ayer al mismísmo Buffon. Y el Madrid se agarra a esta fuerza de la naturaleza, al mejor rematador del planeta, para superar todos sus problemas futbolísticos y soñar con su tercera Champions consecutiva. Que sería la rehostia... Con perdón...

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