El crepúsculo de los Dioses

El Barça se adelantó en el marcador

El Barça se adelantó en el marcador / SPORT.es

Carles Sans

Carles Sans

Como Norma Desmond en la célebre película de los años cincuenta, el Barça parece no querer aceptar que sus días de gloria ya han pasado. Más de uno dentro de la directiva o incluso del equipo, se habrá sentido estos días algo aliviado al ver las gradas silenciosas y libres de las merecedoras pitadas de una afición decepcionada que ha visto cómo se ha obsequiado la Liga al eterno rival. Estoy seguro de que el socio se hubiera expresado en contra de varias de las decisiones tomadas por el club en estas últimas temporadas. Eso sí, los que buscan culpables fuera siempre podrán cargar contra el VAR y decir que los árbitros le han facilitado el camino al Madrid; no nos engañemos, aunque haya algo de verdad en ello, el equipo de Setién no ha dado para más.

Todos sabíamos, aunque no lo quisiéramos ver, que este Barça, un día se apagaría y confiábamos en que la dirección deportiva iría encontrando, a partir de un trabajo bien hecho, las piezas de recambio que de nuevo conformasen un equipo campeón. Pero las cosas no han ido por ahí. En todos los recambios que se han probado ha habido más chascos que aciertos. Con Arthur pensábamos haber descubierto otro Xavi; con De Jong pretendíamos reponer a Sergio Busquets; no hemos vuelto a tener un Dani Alves en la derecha de la defensa, y en el centro de la zaga espero que venga el joven Eric García del City, porque si no, cuando se vaya Piqué no habrá quién lo sustituya. Por suerte todavía nos queda un rato de Messi, que si no…

Ahora que nos toca renovarnos, las arcas del club están muy escasas de recursos. Por cierto, dentro de esa renovación debería estar también el bueno de Setién. No son muchos los que se entusiasman por la continuidad del cántabro, empezando por la plantilla, pues ya se sabe que a los jugadores no les gustan los entrenadores que plantan cara. Todo huele a final de ciclo, incluyendo el mandato de un Bartomeu más preocupado en cuadrar números que en formar un equipo de futuro que vuelva a pintar la cara al Madrid de Zidane y a los grandes de Europa. Ahora hay que ver qué papel se hará en la Champions. Ojalá los dioses me callen la boca y demuestren que no hay crepúsculo que valga.