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Cuando te crees el ombligo del mundo

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid / EFE

Ferran Correas

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Cuando uno se cree el ombligo del mundo pasan cosas como la que sucedió la tarde del domingo mientras tres equipos de Primera se jugaban algo tan importante como mantenerse en la máxima categoría del fútbol español. Corría el minuto 83 del partido que el Mallorca estaba jugando en Pamplona contra el Osasuna cuando el centrocampista francés Clément Grenier marcaba el segundo gol del equipo balear, el que certificaba la permanencia del cuadro de Javier Aguirre. Para festejarlo, la cuenta oficial del Mallorca en Twitter publicó un tweet con la bandera francesa. Acto seguido, recibió infinidad de respuestas de aficionados del Real Madrid deseando que el Mallorca bajase a Segunda además de un buen número de insultos. Respuestas todas ellas fuera de lugar de madridistas que pensaron que el Mallorca se reía del Real Madrid porque un día antes Kylian Mbappé había decidido renovar con el PSG provocando uno de los ridículos blancos más grandes que se recuerdan en los últimos años.

Un ejemplo más de que el Real Madrid se cree superior a todo el mundo y que está gobernado por un Ser Superior al que nada ni nadie se le puede resistir. Así se explica la reacción de la mayoría de periodistas y medios de comunicación afines al club y a Florentino Pérez en los días posteriores al anuncio de renovación de Mbappé. Los mismos que, por ejemplo, titularon “Qué bueno es Mbappé” después de la victoria del PSG contra el Real Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions decían este fin de semana que el francés no tenía suficiente calidad para jugar en el equipo blanco. Los mismos que aplaudieron a Mbappé en aquella eliminatoria a pesar de ser un jugador rival, tildan ahora al parisino de traidor. Y lo hacen sin pensar enque, quizás, quien les ha traicionado es el intocable Florentino Pérez, que les aseguró en el verano del 2021 que Mbappé jugaría en en el Real Madrid, que ha repetido lo mismo este año y que se ha quedado descolocado con la decisión del francés, descubriendo también que hay un club, el PSG, al que su poderío importa poco y que ya había demostrado al Barça todo de lo que es capaz.

Reacción desmesurada y fuera de lugar contra Mbappé y sin ni una línea de crítica hacia Florentino que en nada se parece, por cierto, a la que se tuvo desde Barcelona cuando en el 2006, en un caso parecido, Thierry Henry, que había dado su palabra a los dirigentes azulgranas de que ficharía por el Barça, decidió quedarse en el Arsenal tras perder la final de la Champions contra el propio Barça. Hubo total respeto desde Barcelona entonces para el francés. Pero claro, en el Barça nadie se cree que es el ombligo del mundo.