CR7, el último clínex de Florentino

Cristiano, cada vez más cerca de la Juve

Cristiano, cada vez más cerca de la Juve / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Que quede claro antes de acabar el primer párrafo, que yo, sobre la historia de Florentino Pérez y Cristiano Ronaldo, me lo creo todo. No importa quién me lo cuente, no importa de qué lado venga la historia: me lo creo.

Me lo creo porque estamos frente a dos personajes cuyo ego, cuyo poder es tan inmenso, desproporcionado y casi ofensivo para el resto de seres humanos, que cualquier historia que gire a su alrededor es posible. Lo es de alguien que ha montado un imperio desde la presidencia de ACS y desde el palco del estadio Santiago Bernabéu. Lo es viniendo de alguien que ha sido calificado como ‘ser superior’ y, encima, le encanta que le llamen así. Lo es de alguien que como Cristiano Ronaldo ha creado un micromundo a su alrededor de egocentrismo y personalismo, fuera y dentro del campo, que le ha hecho creer, encima, que estaba por encima del bien y del mal. Que era único, vamos.

Del presidente se sabe que jamás tragó a CR7 porque no es suyo, no lo descubrió él, no lo fichó él, no es de su cuadra, lo contrató Ramón Calderón. Los suyos son Benzema, para cuyo contrato se desplazó a su casa en Francia a firmarlo, o Bale, que aún no ha demostrado ser el jugador franquicia que pretendía su presidente. Y del futbolista solo recordarles lo mucho que le pega la frase que repite, continuamente, su amigo Sergio Ramos: “’Cris’ es así”. ‘Cris’ es así significa, así de bueno, así de goleador, así de niñato, así de mimado, así de engreído….

Estamos, pues, en una situación realmente esperpéntica en la que el segundo mejor jugador del mundo puede abandonar, así, por las buenas, sin despedida, en pleno verano, entre sombrillas y sangrías, el club al que le dio, al margen de casi 50 goles por temporada (o sin casi), un montón de trofeos, entre 

ellos tres Champions consecutivas. No, en serio, tú puedes ser del club que quieras, pero esto de Florentino y CR7, este pique absurdo, incomprensible, este no quererse nunca, este pasarse la vida fingiendo que se admiran y agradecen mutuamente la grandeza vivida en el Real Madrid, ya no es creíble porque nunca fue verdad.

Uno tiene la sensación, hoy que se cumplen exactamente (o fue ayer, da igual) nueve años de la presentación multitudinaria de CR7 en Madrid, que Florentino Pérez ya está hasta el gorro de su estrella y que lo único que pretende es, como poco, o como mucho, o como mínimo, o como obligado, que le rinda pleitesía, que pida públicamente que se quiere ir, para así evitar alguna que otra manifestación frente a las oficinas de ACS (aunque me temo que el amor del madridismo por CR7 solo es por sus goles), y, sobre todo, que le agradezca públicamente que le deja irse por 100 millones de euros y no por los 1.000 de su cláusula.

Florentino Pérez no quiere volver a ver ni en pintura a CR7, a no ser que sea para hacerse esa foto de rendición del portugués ante sus pies, o casi. El ‘ser superior’ cree que la historia de CR7 en el Real Madrid ha terminado. Y, lamentablemente, ha terminado mal. Hace un tiempo que el Real Madrid ¿verdad Rubiales? ¿verdad España? ¿verdad Lopetegui? ¿verdad Florentino? ha dejado de hacer las cosas con el señorío que se le suponía. El llamado heredero de Alfredo Di Stéfano se irá peleado, cabreado, protestando y por la puerta de atrás.

El fútbol, pese a lo apasionado que es Florentino Pérez del Real Madrid, no deja de ser un gran negocio para el presidente de ACS, en todos los sentidos, sí. Y, en ese negocio, a CR7 ya no se le puede exprimir más. El Real Madrid ya ha vendido todas las camisetas que podía del ‘7’, ya ha firmado todos los acuerdos de patrocinio posibles y, por tanto, lo mejor es que se vaya y venga otro, Neymar Júnior o Mbappé, que ponga de nuevo en marcha la maquinaria de fabricar euros, o dólares, o yenes.

No seamos idiotas. El Real Madrid, pese a todos esos fichajes de jóvenes que lleva tres años haciendo, pese a todos los magos que tiene en su plantilla, ha estado viviendo (o sobreviviendo) gracias a los goles de CR7. Futbolísticamente no tiene sentido que se desprenda de él, pues incluso podría jugar con Mbappé o ‘Ney’. O, incluso, con los dos. Y, con perdón, CR7 no sabe ni dónde está Italia, quiero decir que la Serie A no es un escaparate mundial, es una de las Ligas más sencillitas del mundo y, por tanto, allí no va uno a lucirse, no.

Hay, incluso, quien asegura que CR7 se va a Turín para que Georgina Rodríguez triunfe en su pasarela. Lo ven, me lo creo. Es todo tan absurdo y lamentable, que me lo creo. Cristiano va a un club donde el que más gana (Higuaín) cobra 7,5 millones de euros. Y él pide (y le darán) 30 limpios más premios. Me lo creo, sí.

Repito, que el ‘Bicho’ deje el Real Madrid es de las cosas absurdas que solo ocurren en el 

fútbol. El que venga no meterá 50 goles por temporada, no.