Coutinho y el vaticinio de Klopp

Coutinho volvió a decepcionar

Coutinho volvió a decepcionar / EFE

Josep González

Josep González

Dicen que el 6 de enero de 2018, cuando se hizo oficial el fichaje de Philippe Coutinho, en las oficinas de Anfield los dirigentes del Liverpool se abrazaron eufóricos por el pelotazo económico que habían dado. Dicen, también, que el entonces entrenador ‘red’, Jürgen Klopp, pese a la obcecada oposición que había mostrado en los meses anteriores de negociaciones, tampoco derramó lágrimas por la marcha del brasileño. El técnico alemán nunca ocultó su admiración por Coutinho, pero tampoco es ningún secreto que sufría para amoldarlo en su 4-3-3 que quería implementar porque, físicamente, no cumplía sus expectativas para ejercer pressing cuando no tenía la pelota y tampoco tiraba desmarques con asiduidad y velocidad. En espacios cortos, el brasileño es un mago con el balón en los pies, pero cuando el campo se abre le falta continuidad y pulmones.

Una pesada losa

Los 160 millones de euros que le costó su contratación al Barça más los 12 millones brutos de ficha anual que cobra son una pesada losa sobre las menudas espaldas de un Coutinho que, por sí mismo, no parece tener la solución para salir del bucle en el que está instalado. Pese a dar, muy de tanto en tanto, algún fogonazo de genio continúa sin encontrar su ubicación en los esquemas de un Ernesto Valverde que, no será por oportunidades, parece dispuesto a seguir apostando ciegamente por él. Aunque la cruda realidad es que ya sea ocupando el vacío que dejó Iniesta en el interior zurdo, actuando como falso extremo o, entre líneas, intentando explotar su visión de pase y disparo, el brasileño no es un líder y sigue sin conectar con el juego colectivo que precisa el equipo.

Complicada situación, pues, la que atraviesa un Coutinho que, de seguir así, verá cumplido el vaticinio que lanzó Klopp en su día cuando, a modo de fatídica premonición, le espetó: “Quédate aquí y terminarán construyendo una estatua en tu honor. Ve a otro lugar y acabarás siendo otro jugador”.