Coutinho y los otros jovencitos

Coutinho, jugador del Barça

Coutinho, jugador del Barça / sport

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

El fútbol, la vida, está llena de topicazos. Nadie sabe de dónde han salido, es más, aparecieron antes que el twitter, que las redes sociales, que ese ruido que se ha convertido (desgraciadamente) en el eco de nuestras vidas y, en determinados momentos y actividades, incluso en la batuta que marca la pauta de actuación de mucha gente, que se asusta o se deja influenciar por personas (anónimas) que ni sabe lo que escribe ni siquiera saben si lo que escribe es cierto.

Los topicazos del fútbol se han oído en todas las latitudes y si alguien quiere creerlos, puede creerlos pues muchos de ellos forman parte de leyendas urbanas que la gente se cree porque piensa que muchas de las cosas que ocurren en el fútbol así lo demuestran. Por ejemplo, Florentino Pérez es el director deportivo del Real Madrid, además de presidente. Evidente. Benzema y Bale, muy especialmente, juegan porque el entrenador de turno sabe que son sus jugadores franquicia (o algo parecido) para el presidente.

En el Atlético de Madrid, el que más manda es el ‘Cholo’ Simeone. Por qué, porque desde que el técnico argentino se sentó en el banquillo del Manzanares solo le han ocurrido cosas buenas al conjunto colchonero, aunque muchos consideren una auténtica desgracia no haber podido ganar la Champions. Pero ahí estuvieron, amigo, ahí estuvieron y eso es muy, muy, muy, muy grande. Por eso si Juanfran sigue y Godin se va del Atlético, es porque Simeone ha decidido que ya no necesita a ese fabuloso central. O porque prefiere que el club se gaste dinero en renovar a Oblak y Jiménez. Pero todo, todo, porque lo dice el ‘Cholo’, que renovará ya mismo.

¿Más ejemplos? ¿más topicazos? Los jugadores, si quieren, se cargan al entrenador, ‘le hacen la cama’. Nunca nadie ha podido demostrar semejante comportamiento ¡menuda vergüenza!, ningún club toleraría algo así. Lo toleran. No se enteran. Perdón, no pueden evitarlo. Así que Pogba&Cia se encargaron de ponerle un lacito en la cabeza al prepotente Jose Moutinho y le enviaron de regreso al Algarve, eso sí, con 23 millones de euros más en su cuenta corriente. Y, a partir de su desaparición, el Manchester United aumentó su cotización en Bolsa y solo hace que ganar. Lo ven, nadie lo sabe, nadie lo puede demostrar, pero la prueba son los resultados, los aplausos entre ellos, las felicitaciones globales.

La otra noche, sí, la misma noche, amigo, que lo pensó usted, la misma, le di vueltas a otro topicazo del fútbol que siempre me ha llamado la atención: lo ha hecho expresamente ¿verdad?, le ha querido demostrar al club, a los responsables deportivos, que los chicos están verdes, que hay que fichar o tener paciencia, que no están aún a la altura de las necesidades del Barça. Ese es el topicazo que muchos pusieron en la mente de Ernesto Valverde cuando alineó a varios jugadores jóvenes, de esos que son reclamados a gritos por los gurús del cruyffismo. Y, ¡Dios!, fue un desastre. En efecto, ninguno de ellos demostró estar a la altura. Aleña, tal vez, sí, sí, Aleña.

Yo, la verdad, no pienso que Valverde pretendiese nada de todo eso. Veamos, el ‘Txingurri’ se enfrenta (como todos los grandes equipos) a un mes de enero durísimo (y más si lo empieza perdiendo 2-1 en Valencia, en la ida de la Copa, pues no podrá volver a ahorrarse estrella alguna en el partido de vuelta) y, por tanto, si quiere que su equipo titular llegue enterito a la recta final de la temporada, es decir, a mayo, con posibilidades, no digo de ganar, pero sí pelear (como casi siempre) por los tres grandes títulos, no tiene más remedio que dosificar a sus cracks.

Y, a partir de ahí, Valverde compone una alineación con los que tiene, con los jóvenes y no tan jóvenes. Seamos sensatos, Valverde no es de los que precisa de gestos así para decirles a Jordi Mestre, Pep Segura y Eric Abidal, que tal o cual joven está verdad. Se lo dice y punto, no tiene necesidad de echarlos a la hoguera para que todo el mundo lo vea. Porque, ¡ojito!, en la hoguera de Valencia no solo se quemó algún jovencito, Coutinho huele ya a chamusquina y debería hacer una reflexión, muy personal, de lo que quiere ser cuando sea mayor.

Es evidente, amigos, que cuando alguien pide paso (o lo piden en su nombre), cuando salta al campo ha de comerse la hierba, de lo contrario su carrera empezará a formar parte de los otros equipos, que están muy bien, pero no son el Barça, por más canterano que sea.