Coutinho y Griezmann no tuvieron la culpa

Philippe Coutinho celebra el gol que le marcó al Valencia a mediados de octubre

Philippe Coutinho celebra el gol que le marcó al Valencia a mediados de octubre / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Los dos fichajes más caros y ruinosos de la historia del Barça todavía colean. Coutinho llegó primero para hacer de Iniesta, ni más ni menos. Pero no era Iniesta ni se le parecía; más bien, por condiciones, su sitio estaba en la media punta donde jugaba un tal Leo Messi. Imposible, pues, que pudiera mostrar su mejor fútbol allí donde mejor se desenvolvía. Fueron casi 160 millones mal invertidos por la ceguera de la dirección deportiva de aquel momento.

Lo mismo sucedió con Griezmann, que siempre dio su mejor versión jugando por detrás del delantero centro de referencia; o sea, otro que chocaba con Messi... Esta vez fueron 135 kilos del ala, 120 de la cláusula más 15 de propina con aquellos derechos de tanteo chapuza que nadie se tragó. La sombra de la duda siempre revoloteó sobre aquella operación.

Fichajes malditos

Con todo, los dos jugadores no tienen ninguna culpa de que el Barça pagara lo que pagó por ellos ni de que los que decidieron sus fichajes se equivocaran de manera tan grave. Son fichajes malditos por la irresponsabilidad de la directiva de Bartomeu y la incompetencia de los técnicos. Es más, por lo menos ellos no se cerraron a buscar soluciones para seguir viviendo de la sopa boba en el Camp Nou, como han hecho otros.

Coutinho aceptó irse cedido primero al Bayern y después al Aston Villa y Griezmann facilitó su regreso al Atlético, con lo que dieron un respiro a las maltrechas arcas del club y, en el caso del brasileño, permitió inscribir a Ferran Torres, ni más ni menos. Allí están jugando y allí han encontrado su sitio. Hay cláusulas de traspaso pero con condiciones.

Cuarenta millones por cada uno, pero la de Coutinho no es obligatoria y los ingleses negociarán a la baja y la de Griezmann es a pagar en 2023... si llegase a jugar el cincuenta por ciento de los partidos en que estuviera disponible, algo que ahora se cumple pero que podría no cumplirse dentro de un año.

Habrá que luchar para recuperar algo de lo mucho que se perdió con sus fichajes por no actuar con sentido deportivo y responsabilidad económica, la clave del éxito y de los fracasos en este negocio.