Coutinho es un desagradecido

Coutinho firmó ayer por el Bayern Munich. Lo primero que dijo en su presentación fue que el Barça ya era historia y que su deseo sería jugar y estar muchos años en el club bávaro. Muy bien. De cara a los directivos y aficionados alemanes, un discurso muy empático. Pero se olvida el brasileño de una cosa muy importante y esencial: no ha sido traspasado sino cedido. Es decir, puede que en nueve meses tenga que regresar al Camp Nou. Por lo tanto, tan pomposa frase se la hubiera podido ahorrar de haber tenido un poquito de sentido común. Lo que le ocurre al brasileño es algo que, por desgracia, le pasa a muchos jugadores, que pasan del beso al escudo a renegar del mismo según le vaya en la feria. Y a Coutinho, por quien el club hizo un esfuerzo económico titánico, la feria le ha ido muy mal. Y él, solamente él, ha sido responsable de su decepcionante paso por el Barça.

Oportunidades

OportunidadesErnesto Valverde le dio todas las oportunidades del mundo y él, en vez de aprovecharlas, fue hundiéndose cada vez en un fútbol mediocre y plano. Ni un atisbo de humildad, de reconocimento de culpa, de deseo de regresar y demostrar que quiere y puede triunfar en el Barça.

Es obvio y evidente que esa frase está pronunciada desde el rencor por haber sido puesto en la rampa de salida desde antes de acabar la temporada pasada. Coutinho, y todos los jugadores que llegan al Barça, ha de saber que una vez pasado el tiempo de gracia, el rendimiento deber ser inmediato. Aquí hay que marcar diferencias y estar (casi) siempre a la altura de las exigencias. Para eso son fichados. Va en el sueldo. Coutinho ha sido una enorme decepción y el FC Barcelona ha hecho lo que tenía que hacer. Al menos, que no cueste dinero.