El coronavirus hace estallar la burbuja del fútbol

Messi no estuvo acertado en el Clásico

Messi no estuvo acertado en el Clásico / sport

Lluís Mascaró

La burbuja del fútbol ha estallado en el momento y por el motivo más inesperados. El coronavirus ha roto el frágil equilibrio presupuestario que tenían todos los grandes clubs europeos (empezando por el Barça) y ha puesto al descubierto una situación insostenible: los jugadores están cobrando unos contratos inasumibles. La economía de la mayoría de los equipos se coge con pinzas, es decir, con artificios contables que permiten que cuadren los números. Traspasos a última hora, venta masiva de patrimonio deportivo (canteranos), trueques sospechosos... todo vale para intentar evitar lo inevitable: la explosión de la crisis.

El COVID-19 ha acabado, de golpe y porrazo, con toda esta mentira. Y los clubs, ahogados en sus deudas si no reciben los ingresos de taquillas y derechos de televisión, no han tenido más remedio que reconocer públicamente lo que todos ya sabíamos: las cuentas no cuadran. No se pueden pagar salarios astronómicos ni hacer fichajes cienmillonarios. El fútbol, evidentemente, no da para tanto. Y ha tenido que ser esta pandemia que nos tiene a todos confinados y aterrorizados la que lo ponga en evidencia.

El caso del Barça es, seguramente, el más sangrante. La masa salarial del primer equipo de fútbol supone el 61 por ciento de los ingresos, un porcentaje inasumible. Y menos ahora que las teles dejarán de pagar. Por lo tanto, tocará tomar decisiones drásticas, como (desgraciadamente) en la mayoría de las empresas. Los futbolistas deberán bajarse el sueldo de forma significativa si no quieren que su club entre en número rojos. Un descenso que puede que no sea sólo momentáneo. Porque. una vez estallada la burbuja (como sucedió con los bancos y las hipotecas) ya nada será igual. El coronavirus también cambiará el fútbol para siempre.