El coronavirus, aliado de la cantera

Carles Aleñá y Riqui Puig pueden tener por fin su oportunidad

Carles Aleñá y Riqui Puig pueden tener por fin su oportunidad / VALENTÍ ENRICH

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça se dispone a intentar una vez más su apuesta por la cantera. Lleva ya varios intentos fallidos en la última década, y la paradoja es que lo que no se logró con Luis Enrique, Valverde y el primer Setién, lo puede conseguir el coronavirus: en una economía diezmada, la cantera es la tabla de salvación de cualquier cuenta de resultados.

Hasta la fecha, la cantera ha sido la eterna cuenta pendiente del mandato de Bartomeu, presidente que apoya La Masia en todas sus declaraciones pero que no ha podido o sabido traducir su entusiasmo verbal en un relevo generacional tangible.

Tras la generación gloriosa (de la que quedan vivos Messi, Piqué y Busquets) el último canterano estable y seguro es ya Sergi Roberto (28 años), sin nadie todavía que le haya recogido el testigo, y a la espera de lo que suceda con Ansu, más de diez años más joven que Roberto: una década entera de vacío que demuestra el socavón que se ha producido en el fútbol base, que ha tenido que expulsar o vender el talento que producía por la falta de oportunidades de sus promesas.

El resultado es que el Barça busca a laterales izquierdos cuando tenía a Grimaldo o a Cucurella y busca a centrales cuando tenía a Bartra o a Eric García, para poner solo dos ejemplos de una larga lista.

Cierto, no se puede retener todo el talento y se han montado dramas por futbolistas que luego han demostrado que no servían, pero si el club hubiera puesto el primer equipo a disposición de sus jóvenes talentos de una manera decidida, hoy no tendríamos este desierto de canteranos en el primer equipo.

SPORT avanza hoy una buena noticia: el Barça está decidido a apostar seriamente por Riqui y Aleñá, convencido de que apostar por la cantera es ya la única solución económica viable, y de que ha llegado el momento de enviar un mensaje ilusionante al fútbol base.

¿Será por necesidad o convicción? Es difícil saberlo, aunque poco importa si al final la cantera sale reforzada. De momento, y teniendo en cuenta que ya llevamos unos años de decepciones, permítannos para empezar unas dosis de escepticismo. Esta vez harán falta hechos, no palabras