La Copa, un ejemplo del camino que debe seguir el fútbol

Miranda transforma el penalti que dio la victoria al Betis ante el Valencia

Miranda transforma el penalti que dio la victoria al Betis ante el Valencia / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

El fútbol moderno necesita una vuelta de tuerca con el objetivo de que resulte atractivo para todos los públicos, sobre todo el más joven. Este cambio ha encontrado una buena referencia en el formato remodelado de la Copa del Rey. La Federación Española activó el sistema de partido único hasta semifinales que ha enganchado plenamente con los hinchas hasta el punto que la final fue un éxito tanto en el aspecto competitivo, festivo y de audiencia.

La tanda de penalties que dio la victoria al Betis frente al Valencia tuvo una audiencia de más de 6 millones de espectadores, alcanzando un share del 50,6 por ciento, liderando la noche televisiva del sábado en España. Y eso que en la final no había ninguno de los dos cuatro primeros clasificados de la Liga, que son los que cuentan con más mercado y tirón.

La clave está en encontrar maneras de que la competición se convierta en atractiva. Las eliminatorias disputadas en San Mamés por el Barça o el Madrid tuvieron a los seguidores pegados al televisor, igual que las semifinales por su emocionante desenlace. En la final, la Federación montó un evento redondo. Las aficiones viviendo una fiesta en una ciudad futbolera como Sevilla, show previo en el estadio y a ello se sumó un partido con dos equipos, cada uno a su manera, buscando la victoria.

La iniciativa de Rubiales

Luis Rubiales, presidente de la Federación, se planteó desde un principio agitar las competiciones para ser más atractivas. La nueva Supercopa, mirada solo en el aspecto deportivo, ha vuelto a despertar el interés de la afición con partidos vibrantes en el modo de 'final four' de baloncesto.

Su remodelación de las categorías inferiores también ha llevado a que los hinchas del fútbol modesto, por ejemplo, disfruten de una Primera RFEF de mucho nivel y con un 'play-off' en perspectiva con sede única en Galicia. Partidos a cara o cruz que son los que están triunfando entre los aficionados.

En esferas más altas se vio con la 'Final Four' de la UEFA Nations League, plagada de emoción, o la propia Eurocopa, con unos cruces que tuvieron movilizada a toda la Europa futbolística con duelos vibrantes.

La Federación está siguiendo este camino hasta donde puede llegar. LaLiga, por su parte, no es partidaria de cambiar un formato que corre el riesgo de tener un desenlace soso si el Madrid se proclama campeón con mucha antelación o porque dos de las tres plazas de descenso están casi adjudicadas.

Quizá habría llegado el momento de acortar la competición o buscar alternativas para que los partidos de Liga ganen en emoción, como se ha vista en la Copa. Un modelo donde al aficionado se le dispare la adrenalina por ver la gloria o el precipicio a escasos centímetros de diferencia.