Convicción de campeón

Leo Messi, también fuera de serie en la Copa del Rey

Leo Messi, también fuera de serie en la Copa del Rey / Valentí Enrich

Jordi Costa

Jordi Costa

Tras el recital de fútbol que el Barça nos regaló en la Copa contra el Celta, el partido de Anoeta no tuvo mucho que ver, ya que el equipo blaugrana se vio superado con claridad por la Real durante una fase de la primera parte. Y, sin embargo, nos enseñó una cara que tiene que ver más con lo competitivo que con lo futbolístico pero que es igual de importante pensando en obtener títulos al final de curso.

El del domingo no fue el primer marcador adverso que ha levantado el Barça esta temporada. Sucedió en Getafe (de 1-0 a 1-2) en septiembre, y después logró por lo menos igualar el resto de partidos -Atlético, Valencia, Celta- que empezó perdiendo. Pero nunca tuvo una desventaja de dos goles y tampoco exhibió la seguridad en sus propias fuerzas que vimos en Anoeta.

Es probable que el gol de Paulinho antes del descanso rearmara moralmente al Barça y desanimara a una Real que, hasta ese momento, había sido superior y lo había hecho casi todo bien. Pero en la reanudación, incluso antes del empate, ya se intuyó que los barcelonistas iban a por lo tres puntos.

Me imagino las preguntas que se deben estar haciendo los rivales. ¿Dónde va a pinchar el Barça si no lo hace ni en su campo maldito y perdiendo 2-0? ¿Cómo puede ser vulnerable un equipo que no lo ha sido ni siquiera cuando su goleador estaba bloqueado si ahora Suárez las enchufa hasta de rosca?

Lo digo porque el perseguidor más cercano, el Atlético de Madrid, ha firmado mejores números que el Barça en las últimas siete jornadas -18 puntos colchoneros por 17 azulgranas-, y cuenta con refuerzos que le encajan como guantes en Diego Costa y Vitolo, pero es difícil ver dónde puede recuperar nueve puntos en la segunda vuelta.

El mensaje que envió el Barça en Anoeta es que no basta con 45 minutos magníficos para derrotarle, sino que se necesitan 90 perfectos. Es posible que estén al alcance futbolístico de algunos rivales, pero deben mantener también el tono físico durante todo el partido. Y más ahora que Valverde, que rotó muy poco en el arranque de temporada, se ha decidido a dosificar los minutos de sus hombres, Messi incluido.

Sostiene Valverde que el mérito de sobreponerse a las adversidades es de sus hombres y de la combatividad que llevan dentro, pero es obvio que los futbolistas creen porque el técnico ha dotado al equipo de una solidez que, más allá de la brillantez, le hacen incontenible. Si es capaz de mantener este tono hasta mayo, Valverde habrá construido otro equipo campeón.