Opinión

Contratos y premios, amenazas del Barça

Es el momento para que Deco ponga a cada uno en su sitio

Tras renovar Raphinha, Lamine también está pendiente de concretar su nuevo contrato

Tras renovar Raphinha, Lamine también está pendiente de concretar su nuevo contrato / Javi Ferrándiz / SPO

Acabada la temporada, Deco se pone manos a la obra para actualizar su plantilla. Y eso quiere decir fichar donde hay espacios en blanco y renovar a jugadores que en su práctica totalidad (excepto Iñaki Peña y Ansu Fati) se han revalorizado durante el presente curso. El éxito del Barça va ligado a diferentes amenazas que ahora planean sobre el equipo. Y es tarea de Deco equilibrar balanzas para que no pase como ocurrió antaño: contratos disparatados.

El límite del ‘fair play’ es una bendición para frenar a quien gestiona dinero que no es el suyo. Cuando un jugador se quiere ir, le subes el sueldo y problema liquidado. El ‘fair play’, aunque es una losa, es también una suerte para que el Barça mantenga la estabilidad económica. Además, muchos de los jugadores que ahora pretenden una renovación o una mejora económica, que no son pocos los que han llamado a la puerta, son o muy jóvenes o vienen de varias temporadas en las que se dudó de su continuidad (De Jong, Raphinha o Araujo). Así pues, ponerles freno es posible para mantener un equilibrio salarial que sea clave para un crecimiento sostenible. Y si alguien tiene que irse porque pide mucho, pues adiós. El tiempo nos ha demostrado que nadie es imprescindible.

El equilibrio salarial es una amenaza para el vestuario, donde todos saben qué cobra uno y el otro. Si está descompensando, es una semilla a la rotura de la buena armonía que hoy hay en el grupo. La otra amenaza son los premios, que están a la vuelta de la esquina. Lamine aparece en todas las apuestas para ganar el Balón de Oro (a falta del rendimiento de Dembélé en la final de la Champions) y también tiene un contrato por renovar, pero solo tiene 18 años.

Con una trayectoria larga por delante, hay que ir con cuidado en colocarlo en la parte de arriba sin que los otros se sientan menospreciados. Porque allí está Pedri, cuya temporada ha sido espectacular, siendo seguramente el mejor futbolista de todos, pero con el mismo freno que tuvieron en su día Iniesta o Xavi ante Messi. ¿Ha sido más importante Lamine que Pedri? ¿O los goles de Raphinha?¿O el temporadón de Cubarsí? Cada uno tiene su espacio y debe saber dónde está. A Deco le toca el turno de dejárselo claro a cada uno para que la armonía fluya la próxima temporada.