La continuidad de Setién va contra Messi y la lógica

Quique Setién habló de la reanudación de LaLiga

Quique Setién habló de la reanudación de LaLiga / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Este artículo se podría titular crónica de una muerte anunciada. Hace tiempo que los resultados del equipo no hacen concebir grandes ilusiones, pero lo peor ha llegado tras el parón liguero por la pandemia. Desencanto y frustración. En diez partidos el Barça ha perdido nueve puntos, tres empates y una derrota. Significa que llevaba dos puntos de ventaja al Madrid antes del Covid y ahora está a siete puntos con la Liga regalada al máximo rival. La próxima semana se tomarán decisiones, ahora toca analizar responsabilidades. El equipo de Setién ha sido la viva imagen del querer y no poder con un fútbol mediocre y aburrido que ha salvado a la directiva porque el Camp Nou estaba vacío y los socios no han podido manifestarse. La Contra de hoy tiene poco de nuevo, es más de lo mismo.

Es un cortar y pegar. Recordar lo que hemos escrito en esta misma página los últimos domingos. El 21 de junio, tras empatar en Sevilla y perder el liderato por goal average, titulábamos: ¿A qué juega el Barça? A que Messi resuelva. El problema es que el argentino no ha cogido la mejor forma tras el parón, suma 13 goles menos esta Liga y esto se nota en la clasificación. Una semana después, el 28 de junio, tras el decepcionante empate con el Celta, fuimos explícitos y radicales: El Barça es el culpable, ni VAR ni hostias. Se ponía de manifiesto la impotencia del equipo para ganar partidos decisivos. En Vigo afloraron divergencias entre el entrenador y los jugadores. Siete días después, a la vista de los problemas de juego que tenía el Barça mientras el Madrid se mantenía invicto, titulamos: Si no gana la Liga, Setién no debería llegar a la Champions. Y en este punto estamos. La Liga se ha perdido sin ofrecer resistencia, el equipo está hundido, la directiva bloqueada y la afición cabreada. El único que ha dado la cara ha sido Messi, con un discurso duro, acusatorio y realista.

Nunca había sido tan crítico con su club ante los medios. Un ataque directo a Setién y una confesión terrible cuando dice que jugando así no pasaremos el Nápoles. En el Camp Nou se encendieron las alarmas. Bartomeu se reunió con el técnico de cara a la galería. Ni cese ni dimisión, compás de espera hasta que hoy acabe la Liga con más pena que gloria. Mantener a Setién en el cargo no es garantía de nada. Ha perdido la confianza del vestuario y de las vacas sagradas. Para luchar por la Champions hay que escuchar a Messi aunque también tenga parte de culpa. A Leo se le entendió todo cuando dijo que desde enero las cosas no han funcionado. Sigue pensando que el cese de Valverde fue equivocado. Los resultados le dan la razón. Están peor, con Copa y Liga perdidas. Por mucho menos se cargaron al Txingurri. Si entonces la directiva alegó que el cese se debía a una dinámica negativa, ahora la situación es más negativa y el cambio en el banquillo parece mas necesario. La continuidad de Setién va contra Messi y contra la lógica. La autogestión del vestuario, con García Pimienta cubriendo el expediente en el banquillo, parece la salida mas factible.